miércoles, 22 de abril de 2009

CHINA, AUSTRALIA Y LOS EE.UU. “HECHOS Y REALIDADES”


Gustavo Cardozo

Introducción

Históricamente Australia ha sido un país destacado en Asia-Pacifico. Luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial, y en pleno proceso de bipolaridad, su rol en la lucha contra el comunismo en la región fue elogiado por Inglaterra y los Estados Unidos (EE.UU.)

Años después de la participación australiana en Vietnam, el país integró la coalición encabezada por Washington en la lucha contra el terrorismo internacional en Afganistán e Irak, y en otras zonas de conflictos envió tropas para restaurar el orden como Timor oriental. Sin bien el vínculo político entre Canberra y Washington ha ido de la mano, distinta realidad se halla en la sociedad comercial. Según la visión de analistas internacionales, la alianza económica no ha llegado a su punto máximo de estrechamiento siendo el factor de mayor inestabilidad a futuro.

Recientemente Australia y los EE.UU. celebraron el segundo aniversario del U.S.-Australian Free Trade Agreement (AUSFTA) con pocos resultados concretos. Las reiteradas protestas sobre el TLC fomentaron que la Administración Howard buscara reflotar el Acuerdo ANZUS integrado conjuntamente con Nueva Zelanda y Washington en 1951, en un intento por variar la opinión publica. En el balance, AUSFTA simboliza un mecanismo político más que económico, ya el mismo no subsanó las demandas australianas frente al proteccionismo norteamericano.

En contraste a las ofertas económicas y políticas de Occidente, China ha optado por no ejercer demasiadas presiones. En la teoría de los “Tres Mundos” concebida por Mao Zedong, Canberra era considerado como “Segundo Mundo”; países con los cuales Beijing podía entablar un frente común contra las grandes potencias del “Primer Mundo”. Al enfrentarse el Partido Comunista Chino (PCCh) a los soviéticos en el “Tercer Mundo”, se vuelca al “Segundo Mundo”, sin embargo el gigante asiático mantuvo el status quo regional.

Actualmente el gobierno australiano mira con reserva el ingreso de productos chinos a la región aunque se muestra dispuesto a progresar en la cooperación con Beijing, especialmente en el tema energético. Sin embargo, esta el hecho que Australia es considerado el deputy-sheriff de Washington en Asia. Canberra debe determinar los limites de su actuación, especialmente en su vinculo con la República Popular China (R.P.Ch)

En el presente trabajo analizaremos aspectos del acuerdo de libre comercio entre Washington y Canberra, el factor económico chino y el panorama de la cooperación energética sino-australiana frente a la presencia norteamericana en Asia-Pacifico.

1.1- Washington y Canberra: ¿Cooperación o desencuentros?

Australia es considerada una de las economías más abiertas del Pacifico. El tamaño de sus exportaciones e importaciones alcanzan un nivel mundial del 1,086% y 1,208%, siendo el ritmo de avance de las ventas más lento con respecto a la elevada tasa de crecimiento de las compras internacionales (1). El mercado exterior australiano se ha apoyado en el sector agrícola fomentando una política de liberalización como parte integral de su economía. El país desarrolló TLC con Estados Unidos, Nueva Zelanda, Singapur, Tailandia, y mantiene conversaciones con China y Japón.

Australia integra junto con otros productores agrícolas mundiales (Argentina y Brasil principalmente) el prestigioso Grupo Cairns de comercio. El interés de Canberra de plasmar el mismo se debió a la búsqueda de reformas comerciales en el seno del GATT (hoy OMC), en el rubro agricultura. Es por ello que a más de un año de la entrada en vigencia del Tratado con Washington, sectores ligados a la economía consideran que los avances no son significativos. Por otro lado, la política de comercio bilateral que EE.UU. abordó con varias naciones, entre ellas Australia, responde a la lógica norteamericana de acrecentar su potencial de negociación multilateral frente a las Rondas de Doha.

Los ajustes del Acuerdo se iniciaron en marzo de 2003 y finalizaron en febrero de 2004: el texto final fue firmado el 18 de mayo de 2004 y entró en vigor en febrero de 2005. Según datos del Ministerio de Economía de Australia, el intercambio comercial entre ambas economías está estimado en 28.000 millones de dólares anuales (2). El TLC facilita que el 99% de los productos fabricados en Estados Unidos ingrese libre de impuestos al mercado australiano, en tanto, un 97% de los productos de este mercado accede en similares condiciones al estadounidense. No obstante, la balanza comercial continua siendo deficitaria para Canberra, representando las exportaciones el 4,7% y las importaciones el 5,7% (3).

Delegaciones de ambos Estados trabajan en la búsqueda de ajustes en temas agrícolas. Para ello se creó un comité sobre medidas sanitarias y fitosanitarias y un grupo técnico de trabajo permanente zoosanitario y fitosanitario. Australia ha logrado acrecentar sus ventas de carne vacuna a Japón y Corea del Sur, debiendo disminuir sus envíos a EE.UU. producto de las trabas para ingresar a esos destinos. Documentos de Comercio Exterior revelan que las exportaciones al mercado norteamericano en el 2006 fueron de 24.756 toneladas, disminuyendo más del 14% en comparación con años anteriores (4). EE.UU. ha alternado el sistema de cuotas de importación entre Australia y otro gran exportador mundial de carne vacuna: Argentina.

Canberra y Washington han encontrado en los time-table sectores sensibles como el azúcar y algodón. Con respecto al primero, Australia exportó en el periodo 2005-06 más de 4 millones de toneladas por un valor de 1.000 millones de dólares. El primer Ministro Howard debió excluir del TLC la comercialización del azúcar, mencionando al respecto: "A lo que me enfrenté durante el fin de semana es a la decisión de que íbamos a desperdiciar un acuerdo que le dará enormes beneficios al resto de la economía porque no podíamos lograr un acceso adicional para la industria azucarera" (5). En contraste, Jim Pederson portavoz de los cultivadores de caña de azúcar de Sydney, describió la decisión de dejar fuera del acuerdo al azúcar “decepcionante".

Informes de Oxfam Internacional destacan el dumping estadounidense como el principal motivo de la caída mundial de los precios de algodón. Australia ha buscado fortalecer sus exportaciones en mercados asiáticos como; China, Japón, la República de Corea y Tailandia, frente a la competencia norteamericana. Matthew Coghlan, responsable de la Política de Comercio Regional de Oxfam, en una reunión llevada a cabo por el APEC, señaló: "Un TLC basado en el modelo norteamericano de profunda y rápida liberalización más las provisiones y compromisos con la Organización Mundial de Comercio generarán problemas.....los miembros de APEC deben avanzar con cautela antes de acogerse a un pacto comercial con Estados Unidos, ya que de hecho las negociaciones amenazan a las naciones en desarrollo con duras condiciones que tendrán un impacto negativo en su desarrollo” (6). El Acuerdo bilateral con EE.UU. continuará generando voces de alerta en tanto Washington no posibilite reducir los subsidios a su producción agrícola con millones de dólares salidos de los bolsillos de sus contribuyentes.

El impacto de los créditos a la exportación de EE.UU. de acuerdo al panel Don Russel, Ex Embajador de Australia en EE.UU. expresó: ”It would be wrong to conclude from the foregoing that the United States is of diminishing interest to Australia.....It is true that Australia has been a major beneficiary of Asian growth, Chinese growth in particular, and that the United States has become of declining importance to Australia as an export market” (7). Los principales mercados de importación para Canberra son; EE.UU. (16,0%), Japón (12,5%), China (11,0%), Alemania (6,1%), Reino Unido (4,2%) (2003), exportando mayoritariamente a Japón (18,2%), EE.UU. (8,8%), China (8,4%), Nueva Zelanda (7,6%), Corea del Sur (7,5%) (8).

La economía australiana también se ha basado en la creación de iniciativas tecnológicas y de innovación para sus empresas a través de su programa denominado Tecnologías Emergentes de Comercialización (COMET). El gobierno australiano inició una inversión de 100 millones de dólares durante el periodo 2004 hasta fines de 2011, fomentando la inserción de dichas tecnologías en el mercado internacional. El Tratado de AUSFTA se transformó en una herramienta de posible asociación entre corporaciones tecnológicas australianas y norteamericanas. Australia no solo posee el tercero mercado de telecomunicaciones y de Internet más extenso de Asia-Pacífico, asimismo representa una plataforma de ingreso hacia los consumidores chinos.

El diagnóstico nos lleva a determinar que si bien Australia y Estados Unidos se asisten en temas de interés estratégico, nada hace suponer que dicha postura se mantenga en los carriles comerciales: AUSFTA motiva interrogantes. Por otro lado, el crecimiento económico de la R.P.Ch promueve al gobierno australiano a aceptar el incremento de la influencia china como el cambio más trascendental en las próximas décadas. Los vínculos que se desarrollen entre Beijing y Canberra serán decisivos en el equilibrio regional, principalmente porque Asia-Pacifico se anuncia como un escenario lleno de incertidumbres fruto de la nueva dinámica de comercio multilateral y el cambio en las relaciones de poder (9).

1.2- China Hacia El Pacifico Sur: asistencia y penetración económica.

Luego del triunfo de Mao Zedong en 1949, las potencias Occidentales desarrollaron una estrategia de contención sobre el movimiento comunista internacional a través de la formula del “Rechazo Estratégico”10. En Oceanía, la línea Ecuatorial Sur estuvo delegada a los aliados de ANZUS, Australia (en Melanesia) y Nueva Zelanda (en Polinesia), transformando mas del 20% de la geografía mundial en “pasillos norteamericanos” o según los términos del analista en geoestrategia Halford John MacKinder en “Heartland de Euroasia” (11).
A fines de los ‘70 Beijing “accedió” a la influencia de Occidente en Oceanía. La R.P.Ch buscó por todo los medios que el tratado de ANZUS se mantuviera firme frente a la contención anti-soviética. Esta situación no impidió años después, cuando la caída de Moscú era inminente, que el liderato del PCCh altere su postura “pro-occidental espontánea” por una “china” (12). Empero, los esfuerzos chinos se han acrecentado en el inicio del siglo XXI en donde la potencia asiática explora acentuar sus márgenes estratégicos en el Pacifico Sur por medio de una mayor interacción económica con Australia, país tradicionalmente aliado de EE.UU.

En una entrevista llevada a cabo al Primer Ministro australiano John Howard, por motivo de su décimo aniversario en el poder, manifestó: “Australia would be crazy not to cultivate its economic relationship with China” (13). La relación comercial entre Canberra y Beijing aumentó en más de un 248% para el 2006, en contraste, el intercambio con el mercado norteamericano solo progreso un 13%: China se perfila más significativamente para el desarrollo comercial de Australia que los EE.UU. El Director General de Asuntos de América del Norte y Oceanía de China Liu Jieyi, manifestó a la prensa: “El establecimiento del área de libre comercio entre China y Australia y entre China y Nueva Zelanda no sólo es beneficioso para la promoción del intercambio económico, comercial e inversionista bilateral sino también para el fomento del desarrollo de la región de Asia y el Pacífico y para el proceso de liberalización comercial global” (14).

La dinámica de comercio de la economía china como exportadora mundial de manufacturas incentiva a Australia aumentar sus negocios con ese país. Durante el periodo 2003-2006 las ventas australianas al gigante asiático se ubicaron en 112 millones de toneladas, un 71% mas que años anteriores (15). El Ministro de Comercio de Australia, Hon Warren Truss aseguró: “China’s emergence as a major industrial power has been one of the most significant global developments of the past 25 years. Australia is particularly well-placed to benefit from China’s expansion because of our complementary economies and our geographical proximity” (16).

La industria agrícola australiana ha exportado al mercado chino por montos superiores a los 1,3$ Billones (Dólar australiano)), transformándose en el tercer destino en importancia. Por su parte, la producción algodonera encontró buena recepción en los mercados del gigante asiático con ventas estimadas en 505$ millones para comienzos del 2006. Li Peng, Máximo Legislador del PCCh de regreso de su visita a Sydney, indicó sentirse complacido con el fuerte impulso de desarrollo de los intercambios bilaterales y las amplias perspectivas de progreso existentes en varios ámbitos (17).

Australia y China avanzan en las negociaciones de un TLC que permita mejorar las posibilidades comerciales, financieras y socio-económicas entre sus pueblos. Dicho Acuerdo posibilitará eliminar o reducir gran parte de las tarifas y barreras en el intercambio bilateral. Los aranceles impuestos por China a los productos agrícolas rondan en el 15,3%, Australia aplica un promedio del 1,3% e insta a Beijing a reducir 15 puntos el arancel para carne vacuna18. Asimismo, las discrepancias están planteadas por los sectores agrícolas y de servicios chinos menos industrializados que sus pares australianos y por ello más sensibles a la competencia extranjera.

Con respecto a los minerales industriales, las cuotas no son tan elevadas, principalmente por el gran crecimiento urbanístico que ha sufrido China en estos últimos años transformándose en un notable productor y consumidor de cemento, acero, zinc y aluminio. Chen Haoran, Presidente de la Cámara de Comercio de Importación y Exportación de Metales, Minerales y Químicos de China declaró: “Es la primera vez en más de dos décadas que las exportaciones de acero del país han sobrepasado las importaciones” (19).

La Administración Howard además se ha interesado en profundizar los canales de cooperación en el área de servicios. Actualmente más de 81.000 estudiantes chinos realizan sus carreras de grado y post-grado en Instituciones Educativas de Australia. Esta realidad demuestra que ambos Estados poseen complementariedad y que cuentan con grandes oportunidades para la cooperación en el futuro. A inicios de 2005 Canberra le concedió a China el status de economía de mercado, con ello se espera que se concluya el TLC y el intercambio bilateral se ubique en la próxima década, según datos oficiales, en 18.200 US$ millones para Australia y 64.000 US$ millones para China (20).

Luego del efecto Tiannanmen, la R.P.Ch amplió su integración en la región de Asia-Pacifico transformándose en un puente de comercio entre el Japón y las economías de los NIC’s (Nuevos Países Industrializados), y sirviendo como nexo entre estas y los EE.UU (21). En el caso de Australia, expertos chinos en temas asiáticos consideran que este país fue modificando su accionar en el campo de las relaciones internacionales con China, aunque en ciertas situaciones se mostró “vacilante”. Por el momento, Beijing no ha manifestado disconformidad con el accionar de Canberra esencialmente porque sus intereses no han sido afectados y no se visualiza una disputa de liderazgos en la medida que la influencia china no traspase los limites del hemisferio Occidental Sur del Pacífico, región tradicionalmente bajo influencia australiana.

1.3- Australia y China: Nueva Esfera Oceánica..

El crecimiento del PBI chino en estos últimos años fue acompañado por un incremento sostenido del consumo energético nacional. Actualmente, la R.P.Ch emplea el 11% de la producción de energía a nivel mundial, transformándose en el segundo mayor consumidor del planeta. El régimen chino ha impulsado un programa de modernización tecnológica y procedimientos para el ahorro de energía con el fin de maximizar el progreso industrial.

China busca transformarse en una economía autosuficiente en el desarrollo de reactores nucleares. El Presidente Hintao acrecentó las alianzas con países productores de uranio a fin de garantizar el aprovisionamiento en años venideros. Sin bien Beijing ha podido cubrir sus demandas internas con la explotación de minas en la provincia de Xinjiang, también importa insumos desde la Ex Repúblicas Soviéticas y ahora lo hará desde Australia. El economista Javier Cuñat Tamarit manifiesta: “A raíz de esta circunstancia, se ha llegado recientemente a una cuerdo de cooperación con Australia en el uso pacífico de la energía nuclear y la minería de uranio. El citado pacto disminuirá el riesgo de una posible y hostil reacción china al acuerdo entre India y Estados Unidos y facilitará un inevitable entendimiento con occidente” (22).

Beijing se encuentra en una etapa de desarrollo del sistema denominado Pebble Bed Modular Reactor (PBMR) o Reactor Modular de Lecho de Bolas a los efectos de maximizar la producción de este recurso. En este contexto, la alianza energética con Canberra puede potenciarse. Ma Kai, Ministro encargado de la Comisión Estatal de Desarrollo y Reforma del China, en el margen del Foro Boao para la Conferencia Anual de Asia, indicó: “China y Australia ya han establecido una asociación en cooperación energética que incluye un mecanismo de diálogo...Australia tiene abundantes recursos energéticos mientras China tiene un enorme potencial de mercado en recursos energéticos, lo cual hace a ambas partes mutuamente complementarias” (23).

En el caso del Gas Natural Licuado (GNL), Beijing estableció un marco de asistencia por parte de Australia, país con abundancia de este recurso. En reunión llevada a cabo entre el Primer Ministro del Consejo de Estado Chino We Jiabao y el Mandatario Howard en Junio de 2006, se firmo un acuerdo de abastecimiento de Gas australiano por un periodo de 25 años (China es el mayor consumidor del mundo). También se prevé la exportación de carbón: el consumo chino pasó de 1.300 millones de toneladas a 1970 millones de toneladas en un periodo de cuatro años 2000-2004.

La elección de George Bush como Presidente de los Estados Unidos incidió fuertemente en el mapa geopolítico de Asia, especialmente luego del 11-S. La R.P.Ch enfrento producto de esta realidad dos obstáculos puntuales: Primero, la inestabilidad en Oriente Medio condujo a Beijing a buscar nuevos exportadores de hidrocarburos en zonas más “estables” de África y Latinoamérica. La segunda cuestión respondió al temor chino de un aumento de la escalada de violencia en el mar meridional de China, la isla de Sumatra y el estrecho de Malaca, resultado de las disputas territoriales existentes con algunos miembros de la ASEAN con incidencias en su comercio regional.

En el caso de Australia, este país asumió una posición de dinámica alineación con los EE.UU. en un claro intento de ocupar una posición más comprometida con Washington, independientemente de los cuestionamientos planteados por algunos países asiáticos como Malasia. Asimismo, la posición de Canberra en el vinculo energético con Beijing se amplia cada año y representa un paso estratégico en la medida que ambos países trabajen conjuntamente en las rutas comerciales oceánicas, las cuales no exentas de problemas son muy necesarias para la seguridad estratégica de ambas naciones.

El actual desafío que presenta el entorno internacional energético, caracterizado por precios ascendentes de las materias primas, gran demanda por parte de los países en desarrollo, incertidumbre del futuro abastecimiento de hidrocarburos motivo de la inestabilidad política en regiones de tradición productora y exportadora, motivan a Australia y China a incrementar sus niveles de cooperación a los efectos de subsanar sus demandantes de energía (en el caso chino), fundamentales para garantizar la eficiencia de diversificación energética.

Es importante precisar que los vínculos sino-australianos pueden encontrar limitaciones en la medida que Canberra se vea sujeta a la “Doctrina Bush” que Washington emplea en Oriente Medio y ahora pretende extender a Europa del Este al mejor estilo de la Guerra Fría. Si bien Australia asume este concepto (guerra preventiva) solo en caso de ver afectada su integridad territorial, la misma implicó efectos colaterales con ciertas economías asiáticas y China no siempre será la excepción. Este contexto demuestra la necesidad de profundizar el análisis sobre el papel de la energía como factor coercitivo del proceso de integración mundial y como posible instrumento de un nuevo auge del “proteccionismo” como mencionan ciertos autores (24).

Conclusiones

No es posible concluir el análisis sin mencionar la evolución y perspectivas de los vínculos bilaterales entre Australia y China. Si bien la cooperación energética se ha incrementado, todavía se haya en una fase de consolidación. La extensión de los contactos político-diplomáticos y entre diversos sectores, hablan de un mutuo interés, situación que contribuye a promover un mayor conocimiento mutuo y el aprovechamiento del potencial existente para la expansión de las relaciones recíprocas. Sectores como los de tecnología nuclear, biotecnología, exploración y explotación minera, son los que presentan, escenarios favorables para la diversificación de las relaciones.

Sin embargo, el alineamiento de Australia detrás de los EE.UU. en la lucha contra el terrorismo internacional genera incertidumbre sobre los efectos en las relaciones con la R.P.Ch a futuro. Como lo manifiesta el analista chileno Germán Toledo Labatut: “...cabe hacer presente que Australia no tiene intenciones aparentes de renunciar a un papel hegemónico en la zona del Pacífico Sur, en el cual juega un rol preponderante en las mas diversas áreas, y cuya titularidad no pretende compartir con las potencias asiáticas” (25).

Es evidente que una década no es suficiente para extraer conclusiones definitivas acerca de los resultados que secuenciaron mayores políticas de vinculación entre Canberra y Beijing. La confirmación dependerá de la maduración de los elementos que se han ido mencionando a lo largo de este examen: es decir, el fortalecimiento y la eficacia de ambos Estados para promover la orientación de sus políticas económica-comerciales de crecimiento a largo plazo y la ejecución de una diplomacia que contribuya a un entorno regional estable.

Notas:

1 Grubel, James: Australia apunta contra los subsidios de EE.UU. y EU. Reuters.

2 Fuente, PROCHILE., Año 2007.

3 Australian Financial Review (AFR), July 6, 2006, p. 11. 3

4 Australia reemplaza a EE.UU. con el mercado asiático. Informe de www.AdnMundo.com. Septiembre 2007.

5 PROCHILE, Subdirección de Planificación y Control de Gestión Gerencia Desarrollo Estratégico.

6 Fuente: Prensa Latina. Septiembre 2006. 4

7 Russell, Don: Economic and Business Aspects: An Australian Perspective. Chapter. In The Other Special Relationship: The United State And Australia At The Start Of The 21ST Century.

8 Base de Datos de Comercio Exterior http://aduanas.camaras.org.

9 Legieng, Wolfgang, “Australian-Asian Security Comments, Entrevista con jefe de la armada de la República de Singapure, de la Real Armada Australiana y de la Armada de Pakistán”. en Revista Naval Forces N. II/2003.

10 Pheysey, Carlos Brian: “La rivalidad diplomática entre Taiwán y la R.P.Ch en las Islas del Pacífico Sur”. Revista de Estudios Chinos. Instituto de Relaciones Internacionales, Universidad de Chengchi. Pag 53-68. Año 2000.

11 Mackinder, Halford John: “ The geografphical Pívot Of Histrory”, Geographical Journal (London) 23, año 1904.

12 García Pío: “El regreso del Dragón. Geopolítica de Asia y Pacífico”. Bogotá, Universidad Extremado de Colombia. Año 2001. 6

13 Rosenberger, Lief: “THE UNITED STATES AND AUSTRALIA: COMPETING ECONOMIC PERSPECTIVES”. In The Other Special Relationship: The United State And Australia At The Start Of The 21ST Century.

14 Funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores Exponen Antecedentes de Visita del Primer Ministro Wen Jiabao al Extranjero. Agencia de noticias Xinhua. Año 2006.

15 Fuente: Banco Mundial, World Development Report, 2006. http://econ.worldbank.org/wdr/wdr2006/.

16 Australian Government, Department of Foreign Affairs and Trade, Año 2006. 7

17 Xinhua, año 2006.

18 Ibidem Pág. 6.

19 El Universal.com/Spanish.xinhuanet.com/Reforma (Internacional). Diciembre 2005.

20 Gobierno de Australia. Australia en el Mundo 2006. 8

21 Wang Jisi (2004). China´s changing role in Asia. Washington D.C.: The Atlantic Council of the United States. En http://www.acus.org/docs/0401-China_Changing_Role_Asia.pdf.

22 Cuñat Tamarit, Javier:“ China Potencia nuclear y desarrollo sostenible”. Carta de Asia-Economía. Año 2006.

24 Belmonte Escríva, José Luís: “CRECIMIENTO ECONÓMICO Y DEPENDENCIA CLIMÁTICA”. 16º Jornadas Anual de Finanzas y Tesorería de la Empresa, Barcelona, 16 de Noviembre de 2006.

25 Labatut Toledo Germán; Política Exterior de Australia en el Pacifico Sur. Universidad de Viña del Mar. Año 2003. 12

Bibliografía

- Belmonte Escríva, José Luís: “CRECIMIENTO ECONÓMICO Y DEPENDENCIA CLIMÁTICA”. 16º Jornadas Anual de Finanzas y Tesorería de la Empresa, Barcelona, 16 de Noviembre de 2006.

- Cuñat Tamarit, Javier:“ China Potencia nuclear y desarrollo sostenible”. Carta de Asia-Economía. Año 2006.

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PIRATERÍA, ISLAMISMO Y ELECCIONES EN SOMALIA


Casa Árabe

La piratería es un fenómeno que existe desde hace siglos y que nunca ha llegado a desaparecer del todo. Lo único que ha cambiado ahora es el marco geográfico: hasta 1994, el comercio marítimo se veía afectado por los ataques piratas principalmente en el sur de China, el estrecho de Malasia y el océano Índico. Pero durante los últimos años, la piratería se ha intensificado en las costas de África amenazando una de las rutas comerciales más importantes del mundo: la que une el sureste asiático con el Mediterráneo a través del Golfo de Adén y el Canal de Suez. El 80% del comercio mundial se transporta por vía marítima y unos 16.000 barcos atraviesan este golfo cada año. Además, las ayudas humanitarias que se envían a Somalia, y de las que depende un gran porcentaje de su población, se están viendo también amenazadas. Algunos analistas señalan que el único periodo en el que los ataques piratas han disminuido ha sido durante los seis meses de 2006 en los que la Unión de Tribunales Islámicos tomó el control de buena parte del territorio somalí. ¿Puede achacarse el aumento de los incidentes marítimos al fin del control de los islamistas?

Para entender cómo funciona la piratería, primero hay que tener en cuenta que es imposible que exista únicamente en el mar. Es decir, los piratas necesitan una base terrestre desde la que operar, a la que acudir para reponer suministros y comprar armas, un puerto en el que atracar los barcos secuestrados, un lugar donde mantener retenidas a las tripulaciones rehenes. Partiendo de este punto, es fácil entender que este fenómeno aflore en las costas de los Estados más débiles, con un escaso control sobre su territorio. Siendo así, ¿qué otro país podría ofrecer a los piratas mayor margen de maniobra que aquel en el que literalmente no existe un Estado? Somalia es el país perfecto: en guerra civil desde hace dieciocho años, con un entramado tribal complicado, sin una autoridad central y extremadamente pobre.

Lo que se considera la Somalia histórica engloba no sólo las regiones que se encuentran dentro de sus fronteras actuales (Somalia británica o Somalilandia; Somalia italiana, el resto de la república, que incluye el territorio de Puntlandia, semi-autónomo desde 1998), sino también Yibuti (Somalia francesa, independiente en 1977), algunas regiones del territorio etíope fronterizo con Somalia y algunas zonas del norte de Kenia. Desde que cayera la dictadura de Muhammad Siad Barre en 1991, no ha habido una fuerza o grupo capaz de dar cierta estabilidad a la totalidad del país. Los clanes, subclanes y familias, agrupados en torno a señores de la guerra, se han disputado incansablemente la influencia y el control del territorio y han luchado por sus propios intereses.

Hay que tener en cuenta también que Somalia es el escenario de la batalla territorial y de influencia que libran sus vecinos –Etiopía y Eritrea– que, debido a su propia rivalidad, han tomado parte en los conflictos internos somalíes apoyando a uno u otro bando, con lo que la situación se ha desestabilizado todavía más. Y no hay que olvidar tampoco el papel de Estados Unidos que, a pesar del fracaso de la intervención de 1993, ha seguido interesado en hacer de Somalia una de sus prioridades: en un artículo publicado en el Washington Post el 7 de junio de 2006, John Prendergast, que en época de Bill Clinton fue director de Asuntos Africanos en el Consejo Nacional de Seguridad estadounidense y Asesor Especial del Departamento de Estado, aseguró que “he visto evidencias del apoyo de Estados Unidos a los líderes de las milicias de los señores de la guerra en el nombre de operaciones antiterroristas”.

En este estado de caos y tras innumerables conferencias internacionales lideradas en parte por el IGAD (Intergovernmental Authority on Development, asociación de 7 países del Cuerno de África), en el año 2000 se creó el Gobierno Nacional Transitorio, que no tardó en fracasar. Esta suerte de gobierno fue disuelto para dar paso, en 2004, a un Gobierno Federal Transitorio (GFT). Ambos intentos, el segundo vigente hasta hoy, adolecen del mismo problema: se han afanado en dar representación a los distintos clanes y a los señores de la guerra más influyentes, en lugar de apoyarse en formaciones políticas que pudieran luchar por una verdadera reconciliación nacional.

En este contexto apareció la Unión de Tribunales Islámicos, cuya llegada tuvo como consecuencia un gobierno intransigente con respecto a lo que no entraba en su concepción rigorista islámica, pero también una relativa estabilidad. A pesar de que fue en 2006 cuando se hicieron presentes en los medios de comunicación, principalmente porque se habían hecho con el control de buena parte del territorio somalí, la corriente islamista tiene una amplia trayectoria. Un gran número de grupúsculos islamistas existían en aquel país incluso durante los años de la dictadura de Barre, que comenzó en 1969. Estos grupos (al-Ittihad al-Islami, Yama‘at al-Islah, Shabab al-Wahda, entre otros) jugaron un importante papel en los diversos levantamientos que se dieron contra el dictador en la década de los 70 y los 80.

Con el colapso del Estado somalí tras el derrocamiento de Barre, los Tribunales Islámicos surgieron como pequeñas entidades que asumieron la tarea de administrar justicia, dado que la población era constantemente extorsionada por los señores de la guerra mediante el cobro de impuestos abusivos en sus negocios, peajes ilegales en las carreteras, violaciones… Poco a poco, los Tribunales fueron ampliando sus funciones y se dedicaron también a ofrecer servicios sociales, como educación y sanidad, además de crear unas milicias que se encargaron de la seguridad. En 2004, los tribunales islámicos que existían en Mogadiscio se unieron bajo el liderazgo del sheyj Sherif Sheyj Ahmad, que se convirtió en el presidente de la Unión de Tribunales Islámicos (UTI) (Ittihad al-Mahakim al-Islamiyya), de Hasan Dahir Aweis, que asumió el cargo de presidente del Consejo Consultivo, y de Aden Ayro, que se erigió en líder del brazo armado, Harakat al-Shabab (Movimiento de los Jóvenes), estos dos últimos considerados representantes del ala más radical del islamismo somalí.

Hasta 2006, la UTI tomó y perdió reiteradamente varios enclaves del país y fue en ese año cuando se hicieron con el control de gran parte del territorio del sur de Somalia, incluida la capital. Hay que decir que la política impuesta por los Tribunales Islámicos fue bien recibida por gran parte de la población, que no podía seguir soportando el estado de caos y violencia en el que se encontraba el país.

La UTI tuvo que hacer frente a la Alianza para la Restauración de la Paz y la Lucha Antiterrorista (ARPCT, en sus siglas en inglés), una alianza entre los señores de la guerra apoyada militarmente por Etiopía y financiada por EEUU, que veía en los Tribunales Islámicos una grave amenaza terrorista y un colaborador de al-Qaida. Fue así como, en diciembre de 2006 y tras haber acorralado y vencido a muchos señores de la guerra, la UTI fue finalmente derrotada. Tres de sus líderes, Hasan Dahir Aweis, Sherif Sheyj Ahmad y Abdelrahman Janaqow (que murió más tarde, en enero de 2007 en un bombardeo estadounidense) firmaron la capitulación el 27 de diciembre y la UTI se retiró de Mogadiscio al día siguiente.

Casi un año después de la rendición islamista, en septiembre de 2007, el ala moderada de la UTI, liderada por Sheyj Ahmad, se reunió en Asmara –capital de Eritrea–, con líderes de la oposición somalí, y acordaron hacer frente a la ocupación etíope de Somalia y a las fuerzas del Gobierno Federal Transitorio. Se creó así la Alianza para la Reliberación de Somalia que, en junio de 2008, firmaría con el GFT los Acuerdos de Paz de Yibuti.

El brazo militar de la UTI, Harakat al- Shabab, se hizo especialmente fuerte a partir de 2004, y acabó por separarse definitivamente de la dirección política de la UTI en 2007, tras la derrota de los Tribunales frente a las fuerzas del GFT, apoyadas por Etiopía, y tras la firma de la alianza con la oposición. Ahora, Harakat al-Shabab, que lidera diversos grupos armados insurgentes, es el principal enemigo del GFT que, tras las últimas elecciones presidenciales, está dirigido por Sherif Sheyj Ahmad (ver perfil). Harakat al- Shabab ha confirmado su intención de luchar contra el nuevo gobierno y su presidente, a quien califica de “traidor”.

En cuanto a EEUU, justificó su intervención en este país alegando que allí se ocultan terroristas de al- Qaida. Así, hizo de Somalia uno de sus objetivos principales en la lucha contra el terrorismo a pesar de que, hasta el momento, no se ha llevado a cabo ninguna detención de esos supuestos líderes al-qaidistas. Pero más importante es el hecho de que Somalia cuenta con yacimientos de petróleo que fueron detectados por Italia y Gran Bretaña en época colonial. Si bien no se conocen las dimensiones de las bolsas de petróleo, se intuye que pueden ser prometedoras debido a la similitud geológica del terreno con el del territorio yemení. El Gobierno Federal de Transición ya ha concedido licencias de extracción a compañías extranjeras, entre ellas a los cuatro gigantes norteamericanos, Conoco, Amoco, Chevron y Phillips, que tienen permiso para hacer prospecciones en dos tercios del país.

La piratería, la pesca ilegal y la ausencia de autoridad

Es cierto que la piratería ha existido ininterrumpidamente desde hace siglos, pero no ha seguido siempre las mismas pautas de actuación. Los piratas del siglo XVII abordaban un buque, se hacían con su carga, se quedaban con el barco y se deshacían de la tripulación. Ya en el siglo XX, los piratas que operan en el Estrecho de Malasia siguen otro método: asaltan un barco, toman todo lo que pueden en el menor tiempo posible (principalmente dinero o parte del cargamento si pueden venderlo posteriormente) y salen huyendo. Los piratas somalíes, en cambio, asaltan el barco para hacerse con el carguero, la mercancía y la tripulación, y piden un rescate por el conjunto que, una vez pagado, es devuelto a la compañía de transporte.

La piratería ha vuelto a centrar el interés de la prensa internacional a raíz de dos incidentes ocurridos en 2008: el secuestro del pesquero español Playa de Bakio (abril) y el del gran petrolero saudí Sirius Star (noviembre), que llevaba un cargamento de petróleo valorado en más de 100 millones de dólares y que se dirigía hacia Estados Unidos. La piratería en ese área se ha duplicado en el año 2008, llegando, según la Oficina Marítima Internacional, a más de 120 ataques, de los que 42 han acabado en secuestro. Tradicionalmente, los piratas provenían de los puertos de Haradheere y Hobyo, en la parte central de Somalia, pero ahora muchas bases de operaciones se encuentran en la región semi-autónoma de Puntlandia, curiosamente una de las zonas más pobres del país donde, por lo tanto, el atractivo económico de la piratería es un factor determinante.

Hay que señalar que desde 1991, dada la ausencia de cualquier tipo de autoridad y de cuerpos de guardacostas, las aguas somalíes, una de las cinco regiones marítimas más ricas del planeta, especialmente abundantes en atunes, han sido continuamente esquilmadas por barcos europeos, asiáticos y africanos, como refiere el informe sobre pesca ilegal elaborado por Chatham House. Así, muchos piratas pretenden defenderse asegurando que lo único que hacen es proteger los recursos naturales del país, cobrándose los impuestos que los barcos extranjeros deberían estar pagando. Mohammad Osman Aden, un diplomático somalí residente en Kenia, explica que “cuando el Estado somalí se derrumbó en 1991 y comenzaron a llegar las embarcaciones extranjeras dispuestas a faenar en su territorio, fueron los pescadores somalíes los que se armaron y se convirtieron en los vigilantes de las aguas territoriales de Somalia, exigiendo el pago de impuestos a los barcos que pescaban ilegalmente”. El problema, continúa Osman Aden, es que “muchos de ellos abandonaron la pesca y se convirtieron en auténticos piratas porque es una manera mucho más lucrativa de ganarse la vida, y comenzaron a atacar a todo el mundo”.

Según el informe Closing the net: Stopping illegal fishing on the high seas (2006) del High Seas Task Force (la Fuerza Operativa de Alta Mar, organización independiente creada por ONG´s y pequeñas industrias pesqueras para estudiar y hacer frente al problema de la pesca ilegal en alta mar), se calcula que los barcos que pescan ilegalmente obtienen entre 4.000 y 9.000 millones de dólares anuales en todo el mundo, afectando especialmente al África Subsahariana y, concretamente, a Somalia. A la desintegración de la armada somalí y del cuerpo de guardacostas, hay que sumar la grave sequía que atraviesa el país y que ha obligado a decenas de miles de ganaderos nómadas a asentarse a lo largo de la costa en las dos últimas décadas. Estos asentamientos se convirtieron en pueblos de pescadores que dependen únicamente de la pesca de bajura. Pero los barcos extranjeros, desde el comienzo de su llegada, han ignorado los límites establecidos por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y se han adentrado en el mar territorial somalí para faenar. Este informe asegura que en 2005 más de 800 embarcaciones extranjeras operaban ilegalmente en Somalia, obteniendo unas ganancias anuales de 450 millones de dólares. Estos barcos no sólo están pescando ilegalmente, sino que están destruyendo el entorno marítimo somalí de manera que va a ser imposible que llegue nunca a recuperarse. Además de utilizar los métodos de pesca prohibidos por las leyes internacionales (uso de explosivos, redes rastreras etc.), con los que capturan especies protegidas y peces excesivamente pequeños, el impacto medioambiental es de una gravedad incalculable: vertidos tóxicos, derramamiento de aceites y combustibles, deterioro de los corales…

Las autoridades somalíes, los pescadores, las organizaciones de la sociedad civil y las organizaciones internacionales han intentado durante años informar de las peligrosas consecuencias de estos actos, pero han sido reiteradamente ignorados. En 1995, líderes de algunos grupos políticos, junto a dos grandes ONG´s somalíes, escribieron al entonces secretario general de la ONU, Butros Butros Ghali (y a la UE, la Liga Árabe y la Conferencia Islámica) para informar de la situación y exigir alguna solución. Propusieron que, así como la Organización Internacional de Aviación Civil (ICAO, dependiente de la ONU) se hace cargo de proteger el espacio aéreo somalí, por qué no podía la Organización Marítima Internacional encargarse de las aguas territoriales hasta que existiera un gobierno somalí que pudiera tomar el control. La ONU no tomó ninguna decisión.

Algunos observadores acusan a la comunidad internacional de ignorar esta otra parte del problema porque quieren proteger sus intereses. Mientras que la UE ha impuesto restricciones a la pesca en sus propias aguas, Asia ha arrasado sus reservas y la demanda internacional sigue creciendo, las aguas somalíes, ricas, desprotegidas y sin control son el objetivo perfecto para las flotas pesqueras de muchas naciones. Acabar con la piratería requiere también eliminar las causas locales que la favorecen y promueven.

Son muchos los peligros que se derivan de la piratería. En primer lugar, proporciona grandes cantidades de dinero que sirven para fomentar la guerra en Somalia (y en toda la región), mediante pagos a líderes regionales influyentes (que permiten el uso de “sus” puertos por parte de los piratas), o la financiación indirecta de grupos armados. Pero, y lo que es muy importante, amenaza también gravemente la entrega de la ayuda humanitaria, que es totalmente imprescindible para dicho país (uno de los más pobres del mundo). Según la Unidad para el Análisis de la Seguridad Alimentaria de Somalia (FSAUS), organismo creado por el Programa Mundial de Alimentos, más de 3,2 millones de personas sufren hambruna y hay aproximadamente un millón de desplazados internos. Además, al recrudecimiento del conflicto armado hay que sumar la sequía que sufre el país, la devaluación de la moneda, las dificultades en el reparto de la ayuda humanitaria y el encarecimiento del agua, que hacen que Somalia esté viviendo el peor momento de los últimos 17 años. Barcos canadienses, daneses, holandeses y franceses se han dedicado a escoltar a los barcos de ayuda humanitaria que se dirigen a Somalia, pero esta solución es temporal, dado que estos países no pueden comprometerse indefinidamente y sus misiones suelen durar solamente unos meses.

En tercer lugar, los cargueros podrían verse obligados a elegir una ruta alternativa a través del Cabo de Buena Esperanza, ruta más larga que encarecería los transportes entre 20.000 y 30.000 euros al día. Esto tendría como consecuencia inevitable el aumento de los precios a nivel internacional.

Por último, la posibilidad de que algún petrolero pudiera hundirse durante uno de estos ataques constituye un peligro medioambiental de gran envergadura.

¿Cómo se puede combatir la piratería?

Algunos análisis, como el desarrollado por Derek S. Reveron en Foreign Policy, coinciden en señalar que acabar completamente con este fenómeno es, simplemente, imposible o, como indica Roger Middleton no existe una única y definitiva solución. La primera dificultad que existe a la hora de atajar la piratería es que la superficie de mar en la que operan los piratas es inmensa, más grande que el Mar Mediterráneo, más de cuatro veces la extensión de Francia.

El pasado mes de noviembre, y apoyando la iniciativa del Consejo de Seguridad de la ONU (que ha aprobado 10 resoluciones sobre Somalia desde febrero de 2008), la UE aprobó la Operación Atalanta, que supone la creación de una fuerza aeronaval conjunta que trabajará para “disuadir, prevenir y reprimir” la piratería en las costas de Somalia, además de escoltar a los barcos de ayuda humanitaria que el Programa Mundial de Alimentos envía hacia aquel país. Esta fuerza constará de entre 4 y 7 buques, y se ha comprometido a coordinarse con la Combined Task Force 150, una fuerza que EEUU mantiene desplegada en la zona en el marco de la operación antiterrorista Libertad Duradera. Con todo, ni siquiera así se llegará a los aproximadamente 70 barcos que serían necesarios para controlar de manera eficaz una superficie de tales dimensiones.

Además, la Operación Atalanta adolece de un problema de duración estratégica: la UE ha determinado que la misión tendrá una duración de un año. Normalmente, la duración de las operaciones militares debe estar condicionada por el objetivo a conseguir. Esto es: debe mantenerse activa hasta que se observe alguna mejoría en el problema que se está intentando solucionar. Los piratas, que disponen de una tecnología muy avanzada y están perfectamente informados, podrían simplemente concederse “un descanso” hasta que la operación finalice y luego comenzar de nuevo con los ataques. De hecho, en estas primeras semanas desde que comenzara la Operación Atalanta, se ha detectado un descenso del número de incidentes, pero esto puede ser un falso reflejo de lo que en realidad está ocurriendo. Otra cuestión que afecta a la Operación Atalanta es que la UE se ha prohibido a sí misma intervenir en tierra y esto hará imposible atajar realmente el problema. Como ya se ha dicho, la piratería no se desarrolla únicamente en el mar sino que es, principalmente, un fenómeno terrestre con una proyección marítima.

Las últimas elecciones presidenciales

Abdallah Yusuf, que en 2004 fue elegido por el Parlamento de Transición somalí para dirigir el país por un periodo de cinco años, destituyó a mediados del pasado diciembre al primer ministro, Nur Hasan Huseyn. Según apareció en algunos medios, (como la página del Arab Reform Initiative, una red independiente de centros de investigación árabes con socios europeos y estadounidenses), con este gesto intentaba interrumpir las negociaciones de paz que seguían desarrollándose en Yibuti entre el Gobierno Federal de Transición y la Alianza para la Reliberación de Somalia, liderada por los islamistas. Pero además, a finales del mismo mes fue él quien también presentó su dimisión, asegurando que “había fracasado en su misión”. Yusuf será recordado como el hombre que, buscando apoyo para acabar con el control de la UTI, permitió la entrada de las tropas etíopes en Somalia a finales de 2006. A lo largo de 2007 y hasta la retirada total de las tropas etíopes en enero de 2009, se calcula que unos 16.000 somalíes han perdido la vida.

Así, tras la dimisión de Yusuf, el Parlamento de Transición, que lleva varios años ubicado en Baidoa (240 Km. al noroeste de la capital), se reunió el pasado mes de enero en la capital de Yibuti debido a la situación de inseguridad, para elegir un nuevo presidente. Pero antes de la votación, los diputados decidieron, por una gran mayoría (211 votos a favor de los 220 emitidos), ampliar el número de escaños del Parlamento para poder integrar en él a los islamistas moderados y a otras personalidades de la sociedad civil. Así, la cámara pasó de tener 275 a 550 diputados.

La Alianza para la Reliberación de Somalia anunció que presentaba la candidatura de su líder, Sherif Sheyj Ahmad, así como también se presentó el ex primer ministro, Nur Hasan Huseyn, y Maslah Ben Mohammed Siad, un militar hijo del ex dictador del país. La victoria de Sheyj Ahmad fue indiscutible: de los 425 votos emitidos en la primera vuelta, obtuvo 215. Nur Hasan Huseyn decidió retirarse de la competición tras la primera vuelta en la que tan sólo obtuvo 59 votos, quedando entonces como únicos candidatos Sheyj Ahmad y Mohammed Siad. En la segunda votación, el primero obtuvo 293 y el segundo 126.

Como nuevo primer ministro, Sheyj Ahmad eligió el pasado febrero a Omar Abdirashid Ali Sharmarke, un ex diplomático con doble nacionalidad (canadiense y somalí), que ha trabajado para la ONU en Sierra Leona y Sudán, donde fue consejero político para el conflicto de Darfur, y fue embajador somalí en Washington. Sharmarke es visto como un “puente” entre los islamistas y la comunidad internacional. La elección de Sharmarke parece acertada en el sentido de que su padre fue el último presidente civil de Somalia elegido democráticamente (muerto en 1969 durante el golpe de Estado de Siad Barre), por lo que es todavía recordado con afecto, y porque pertenece al clan Darod, con lo que se garantiza un equilibrio fundamental entre los dos clanes mayoritarios de Somalia (Hawiya y Darod).

En su discurso tras la jura del cargo, Sheyj Ahmad se comprometió a “acabar con la lucha interna y a alcanzar la paz con los países vecinos mediante una gestión transparente y justa (…). Nos espera un trabajo crucial; estamos ante un nuevo comienzo. Me comprometo a formar un gobierno que represente a todos los somalíes”. El nuevo presidente hizo también un llamamiento a los grupos armados: “insto a nuestros hermanos, aquellos que portan las armas, a que las abandonen, a que renuncien a la violencia y a que asuman con nosotros la tarea de construir la paz”. De la misma manera, pidió a los países vecinos una cooperación pacífica y un respeto mutuo. En una entrevista concedida a Al-Sharq al-Awsat (un diario de referencia de financiación saudí editado en Londres), Sheyj Ahmad aseguró que “la piratería es el reflejo de la ausencia de seguridad y estabilidad en Somalia” por lo que pidió “ayuda a la Unión Africana para la creación de una fuerza marítima con la que combatir este fenómeno”.

Acabar con la piratería es prácticamente imposible, pero el único camino a seguir, al menos para reducirla, debe centrarse en dos objetivos: acabar con la pesca ilegal en las aguas somalíes y lograr que Somalia tenga un gobierno en el que poder confiar, que alcance un mínimo de seguridad y control internos y una cierta estabilidad que le permita salir de la crisis humana en la que se encuentra.

Fuentes

WEBER, Annette. “Islam and Symbolic Politics in Somalia”, en Muriel Asseburg y Daniel Brumberg (Eds.) The Challenge of Islamists for EU and US Policies: Conflict, Stability and Reform. Berlin: Joint publication of German Institute for International and Security Affairs (SWP) and United States Institute of Peace (USIP), 2007.

WOODWARD, Peter. US foreign policy and the Horn of Africa. Burlington (EE.UU): Ashgate Publishing Company, 2006.

GUTIÉRREZ DE TERÁN, Ignacio. Somalia. Clanes, Islam y terrorismo internacional. Madrid: Catarata, 2007.

http://www.unhcr.org/refworld/country,,,RESOLUTION,SOM,456d621e2,48464c622
,0.html (Resolución 1816 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre Somalia
adoptada en junio de 2008)

http://www.almendron.com/tribuna/23693/aspectos-operacionales-de-la-lucha-contra-la-pirateria-en-somalia/ (Aspectos operacionales de la lucha contra la piratería en Somalia, informe del Real Instituto Elcano)

www.opendemocracy.net/article/somalia-piracy-and-politics (Piratería y política, Open Democracy, noviembre de 2008)

www.chathamhouse.org.uk/files/12203_1008piracysomalia.pdf (Informe de Chatham House)

www.aawsat.com/details.asp?section=1&issueno=11000&article=502211 (Fuerza internacional para combatir la piratería)

www.icc-ccs.org/index.php?option=com_content&view=article&id=30:welcome-to-
imb-piracy-reporting-centre&catid=28:home&Itemid=12 (Links al informe sobre piratería de la Oficina Marítima Internacional, Cámara Internacional de Comercio)

www.illegal-fishing.info/uploads/1_4thUpdateandconsultationmtgMar08.doc (Informe sobre pesca ilegal en aguas de Somalia, informe de Chatham House.

http://www1.somaliuk.com/ (Las dos piraterías de Somalia)

www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?pubRef=-//EP//TEXT+TA+P6-TA-2009-0026+0+DOC+XML+V0//ES (Resolución del Parlamento Europeo)

http://africannewsanalysis.blogspot.com/2008/06/full-text-of-djibouti-agreement.html (Acuerdo de Yibuti)

http://news.bbc.co.uk/2/hi/africa/country_profiles/1072592.stm (country profile)

www.aljazeera.net/NR/exeres/CD8B49A1-983D-4F73-A5A7-0F2DA21FC877.htm (Análisis del Acuerdo de Yibuti)

www.aljazeera.net/news/archive/archive?ArchiveId=330109 (Perfil de Abdallah Yusuf, ex presidente somalí)

www.foreignaffairs.org/20070301faessay86205/john-prendergast-colin-thomas-
jensen/blowing-the-horn.html (EEUU en el Cuerno de África)

http://english.aljazeera.net/programmes/talktojazeera/2007/06/200852518464063
0100.html (Entrevista a Sherif Sheyj Ahmad, abril de 2007)

www.ethiotube.net/video/2475/President-Shekh-Sherif-Shekh-Ahmed-Appears-on-
Meet-ETV (entrevista televisada, canal etíope)

www.gees.org/articulo/3405/29 (La Unión de Tribunales Islámicos: El nuevo poder somalí y la nueva amenaza internacional, Grupo de Estudios Estratégicos)

www.islamonline.net/servlet/Satellite?c=ArticleA_C&cid=1227019176962&pagename
=Zone-Arabic-News/NWALayout (la UTI se compromete a acabar con la piratería)

www.shareah.com/index.php?/records/view/action/view/id/2340 (Texto en árabe del segundo acuerdo de Yibuti firmado entre el gobierno transitorio y la alianza de oposición el 31 de octubre de 2008)

GOLPE DE ESTADO EN MADAGASCAR


Rémi Carayol

El 17 de marzo de 2009, un golpe de Estado llevó al ex alcalde de Antananarivo, Andry Rajoelina, al poder de Madagascar. Este artículo, escrito antes de ese acontecimiento, analiza las razones políticas y los negocios turbios que llevaron al derrocamiento de Marc Ravalomanana. El nuevo presidente de facto anunció elecciones para octubre de 2010.

Bienvenidos a “Tikolandia”, el país donde todo se compra. Así es como la oposición llamaba a Madagascar, en referencia a Tiko, la empresa que dirige el ex presidente Marc Ravalomanana. “Administra el país como a su empresa. Considera a sus conciudadanos sus empleados. ¡Pero yo no quiero ser un sirviente de Tiko!”, exclamaba recientemente Gisèle Rabesahala, presidenta de la asociación Fifanampiana Malagasy (Comité de Solidaridad de Madagascar), fundada hace casi sesenta años para apoyar a las víctimas de la represión colonial.

Hace unos tres meses, el régimen comenzó a vacilar. A principios de enero, el joven alcalde de Antananarivo (capital del país), y actual presidente de facto, Andry Rajoelina (34 años), se puso a la cabeza de un movimiento de insurrección heteróclito. Al menos 111 personas murieron el 26 y el 27 de enero, quemadas vivas en los saqueos de los negocios, y entre 28 (según el Gobierno de entonces) y 50 (según la Cruz Roja) fueron asesinadas el 7 de febrero por la guardia presidencial cuando los partidarios de Rajoelina intentaban sitiar el palacio presidencial de Ambohitsorohitra.

Lejos quedó la época en que Ravalomanana, apoyado por las poderosas Iglesias malgaches y armado por las instituciones financieras internacionales, reunía a varios cientos de miles de partidarios en las calles de la capital (1). Su toma del poder en 2002, manchada por irregularidades pero legitimada por el apoyo popular, había despertado esperanza después de 27 años de presidencia de Didier Ratsiraka (2). Pero el Presidente que había prometido a cada familia “un Renault 4 y una heladera” fracasó. Mientras los sueldos aumentaron un 4% por año, la inflación alcanzó el 25% anual. Más del 70% de los malgaches viven hoy por debajo de la línea de pobreza.

Conflictos de interés

La oposición al régimen de Ravalomanana congregó a habitantes de los “barrios bajos”, jóvenes estudiantes salidos de la clase media, y también empresarios contrarios a la creciente influencia del grupo Tiko. Esos patrones de empresas mantuvieron financieramente el movimiento, también apoyado por los “dinosaurios”, así llamados porque integran los círculos de poder desde hace décadas. El propio Rajoelina tiene una empresa. Empezó como organizador de eventos de danza. Creador de la primera empresa de impresión digital del país, es también dueño del canal de televisión y señal de radio Viva. De hecho, la gota que rebasó el vaso fue precisamente el cierre de TeleViva, el 17 de diciembre de 2008, como consecuencia de la difusión de un discurso del ex presidente Ratsiraka desde su exilio en Francia calificado de “subversivo” por el Gobierno. “Es un canal de mierda, digámoslo claramente, pero no podíamos aceptar semejante censura”, afirmaba sin vueltas un partidario del alcalde de Antananarivo.

Directora de marketing de la Jabonería Tropical y secretaria del Consejo Nacional Económico y Social (Conecs), una de las organizaciones patronales malgaches, Nadine Ramaroson apoya a Rajoelina. “Ravalomanana es un desastre para el país –opinaba–. Acentuó las desigualdades e hizo del dinero su único objetivo. ¡Es un diablo!” Pero, bajo la pátina de un discurso muy social, a Ramaroson, que nunca sale sin su guardaespaldas y se pasea en una enorme 4x4, le cuesta ocultar sus verdaderas motivaciones. Al abrir las fronteras y seducir a los inversores extranjeros, el ultraliberal Ravalomanana redujo significativamente el peso de las empresas locales. “Salir de una economía poscolonial basada en los monopolios y los productos de renta; algunas de las grandes familias que hicieron su fortuna durante estos últimos cuarenta años no se lo perdonan”, opina Ny Rado Rafalimanana, presidente del grupo Axius, una sociedad de comercio internacional. Este hombre de 30 años, que es también presidente de un grupo de jóvenes malgaches inversores en la energía eólica, atiende en sus flamantes oficinas ubicadas en pleno centro de la capital.

Al multiplicar los controles fiscales, el ex presidente usó la vía legal para desmantelar varias empresas acostumbradas a prescindir de las reglas. Problema: él mismo parece haberse beneficiado con algunas comodidades. Un día (uno sólo), justo cuando un enorme cargamento “Tiko” llega al puerto de Tamatave, hace bajar las tasas de cambio. Al día siguiente, ya se ha restablecido el precio habitual. Otro día decide bajar los impuestos al aceite del que él es el primer importador; recientemente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) le había pedido explicaciones sobre ese tema, así como a propósito de un Boeing comprado en 60 millones de dólares para reemplazar el viejo avión presidencial. “Cuando se puso a importar jabón, también bajó los impuestos para el jabón. Hoy, el jabón importado cuesta más barato que el jabón de producción local”, denuncia Ramaroson, directamente afectada.

La oposición mencionaba –sin aportar pruebas escritas– 60.000 millones de ariary (24 millones de euros) que podrían haberse ganado de no haber sido por las exoneraciones fiscales de la que se habrían beneficiado las empresas de Ravalomanana entre 2005 y 2008. En una década, la sociedad Tiko se convirtió en un conglomerado todo terreno: productos lácteos, importaciones, distribución a gran escala, construcción, hotelería, medios, piedras preciosas…

A mediados de la década del ’90, se creó en Antsirabe, al sur de Antananarivo, una granja de cría de avestruces: Madagascar Avestruces SARL. El negocio anduvo bien hasta el momento en que Ravalomanana mostró interés por el terreno ocupado por la empresa. Aunque en 1995 se había firmado un arrendamiento enfitéutico, el Estado inició todos los trámites para expropiarlo, en el marco de una declaración de utilidad pública. Oficialmente, se suponía que se iba a construir allí un predio para ferias internacionales: una vidriera de la nueva política agrícola del país. Madagascar Avestruces SARL fue desalojada manu militari, pero el predio nunca vio la luz del día. “Hoy en día se encuentran allí los campos de maíz que alimentan las vacas lecheras de Tiko”, señala Jhary Ravaloson, director de un estudio jurídico internacional que trabajó en el caso. Él mismo recuerda que al principio se había elegido otro lugar, más al norte, para ubicar ese predio, pero que finalmente, tras la expropiación, había sido comprado… por Tiko. Hoy está ocupado por un establo.

Extremos obscenos

Ankorondrano Andramaheri es uno de los “barrios bajos” de Antananarivo. Aquellos de sus habitantes que tienen más suerte trabajan en las zonas francas por un salario mensual de 50.000 ariary (20 euros), cuando la bolsa de 50 kilos de arroz cuesta 14 euros. Los demás viven del sector informal: vendedores de frutas y verduras, jornaleros, tiradores de carretas… “Aquí no se come tres veces por día, como hacen los otros malgaches, sino apenas una vez, y a veces ninguna”, indica Joseph Rakotondrasoa, presidente de una asociación de ayuda mutua. La mayoría de los niños no van a la escuela. ¡Demasiado caro! Sólo el 20% llega al bachillerato.

Regularmente, al ritmo de los proyectos industriales u hoteleros, los habitantes de los “barrios bajos” se ven amenazados con la expulsión. “Recientemente el Presidente quiso echarlos sin ofrecerles nada a cambio, pero el tribunal les dio la razón a ellos”, contaba Harimizah Rakotoarimanana, una asistente social que trabaja en las villas miseria. Sin embargo, Ravalomanana no abandonaría su idea: lanzó una nueva operación que, bajo la apariencia de una puesta en regla de las viviendas cercanas al centro de la ciudad, desembocaría en su destrucción. La mayoría de los saqueadores que murieron a fines de enero provienen de esos barrios. De allí también vienen tanto los “partidarios” de Ravalomanana como los de Rajoelina, quienes no dudan en pagar esa carne de cañón. “¿Cómo quiere usted que no lleguen a esos extremos?”, pregunta Lucile Rabearimanana, profesora de historia contemporánea en la universidad de Antananarivo. Enfrente de las chozas de madera de la villa, del otro lado del canal que oficia de frontera con la zona industrial de Ivandry, se erige un inmenso edificio de vidrio. Adentro se exhiben Porsches, Mercedes…

Bajo la I República (1960-1972), la diferencia de salario era de 1 a 8; actualmente ha pasado a ser de 1 a 100. El 70% de los gastos de la mayoría de los hogares se destina a cubrir las necesidades elementales; el resto sirve para pagar la escuela, la salud… En ese contexto, las cifras exhibidas por el gobierno –un crecimiento del 5% anual desde 2003– generaban dudas. Y teniendo en cuenta que son para beneficio exclusivo del mundo de los negocios, el costo de las grandes obras parece indecente: 37.000 millones de ariary (12 millones de euros) para el acondicionamiento del puerto de Tamatave y la ruta que lleva a la capital; 22.000 millones para la extensión del aeropuerto de Antananarivo; 3.300 millones de inversión de parte de un consorcio internacional, Sheritt International Corporation, para explotar las minas de níquel y cobalto de Ambatovy (noreste de Antananarivo)…

“Nadie fue a ver a los campesinos”

El “reformismo” del hoy ex presidente afectó también al mundo rural. Hace tres años lanzó un amplio programa de modernización de la agricultura: la “revolución verde”, que debería desembocar en la triplicación de la producción alimentaria de aquí a 2012. “Pero eso exige un tiempo que la apertura de las fronteras no nos ofrece”, explica Juscelyno Jaonina Mamitiana, director regional de desarrollo rural de la región de Atsinanana. Los campesinos de la región ya tienen alguna experiencia. Por cierto, gozan de toda una serie de programas que teóricamente los ayudan a pasar de una agricultura de subsistencia a una agricultura de mercado: Proyecto de Promoción de los Ingresos Rurales (PPRR); Madagascar Action Plan (MAP), que consiste en ayudar a treinta familias a instalarse y recibir una formación agrícola; Proyecto de Apoyo al Desarrollo Rural (PSDR). Por lo demás, en 2005 el Gobierno votó una ley que apuntaba a permitirles a los campesinos que obtuvieran títulos de propiedad por las tierras que trabajan desde hace varias generaciones y que la tradición oral les adjudica.

No obstante, es difícil que un campesino que no dispone de un euro por día para comer desembolse los 50.000 ariary (20 euros) necesarios para la instrucción del expediente, a los cuales hay que sumarles los gastos de desplazamiento de los inspectores encargados de verificar los hechos. Difícil… e incomprensible. “¿Por qué quiere usted que yo pague por un terreno que me pertenece? –se sorprende un campesino–. Mi padre, mi abuelo trabajaron esta tierra. ¡Aquí están enterrados los dos!” El descontento, en la región de Atsinanana, es más sensible en la medida en que el poder no esperó mucho antes de abrirlo a los inversionistas. Alentados por el gobierno, unos empresarios chinos emprendieron el año pasado un programa experimental para triplicar la producción de arroz en una zona de cien hectáreas. Los campesinos pensaban que parte de la producción iría a parar a sus manos; los inversores esperaban recuperar todo.

Entre otras cosas, es también en esa región donde la firma surcoreana Daewoo Logistics pretende instalarse (3). El caso hizo mucho ruido en noviembre de 2008. Creada luego de la quiebra del grupo Daewoo en 1999, la empresa se especializa en la implementación de grandes proyectos de desarrollo. Una forma de “neocolonialismo” que consiste en cultivar, en un país rico en tierras pero pobre en divisas, los productos que necesitan los habitantes de los países pobres en tierras pero ricos en divisas. En Madagascar, las autoridades calculan que la porción de tierras laborables efectivamente cultivadas es de apenas el 8%. Así fue como, en mayo de 2008, la empresa surcoreana empezó los trámites para alquilarle al Estado malgache 1,3 millón de hectáreas para producir aceite de palma y maíz. El acuerdo estaba casi firmado cuando estalló el escándalo como consecuencia de un artículo de The Financial Times del 19 de noviembre de 2008.

Durante mucho tiempo, Daewoo Logistics y el gobierno malgache habían negado la existencia de un acuerdo. El ex ministro de reforma hipotecaria, Marius Ratolojanahary, juraba que se trataba sólo de prospección. Sin embargo, no hay ninguna duda sobre los resultados de esos costosos estudios. “Todo se hizo en la mayor opacidad –afirma un diplomático apostado en Antananarivo que prefiere conservar el anonimato–. Los surcoreanos hicieron sus propios estudios contratando a geómetras y geógrafos. Sobrevolaron esas regiones en helicóptero. Pero nadie fue a ver a los campesinos.” En la región de Atsinanana hay 100.000 hectáreas afectadas, de las cuales 33.000 se encuentran en el distrito de Toamasina II. Sin embargo, ni Jaonina Mamitiana, el director de desarrollo rural local, ni Philibert Randriamaharitra, el jefe del distrito, fueron informados. “¡No sabemos nada de ese proyecto y nos piden que lo hagamos aceptar por la población! A mí solamente me presentaron un plan y me dijeron que lo firme”, denuncia Randriamaharitra.

Oficialmente, los surcoreanos apuestan a la creación de unos 70.000 puestos de trabajo en todo el país y a la construcción de infraestructuras sociales como hospitales y escuelas. Los campesinos, por su parte, afirman que pelearán “hasta la muerte” para defender sus tierras: las de sus ancestros.

Habrá que ver si el cambio de poder en Antananarivo permitirá poner más distancia entre los negocios personales y los del Estado, o si las motivaciones del derrocamiento de Ravalomana se revelan más ambiguas.

Notas:

1 Fanny Pigeaud, “Madagascar, entre el mercado y la cruz”, Informe-Dipló, 27-3-06: www.eldiplo.org.

2 Esos 27 años fueron interrumpidos por los tres años del régimen de Albert Zafy, entre 1993 y 1996.

3 Peuples solidaires y Les Amis de la terre, Appel n° 326, Rennes, 14 de febrero al 1º de junio de 2009: www.peuples-solidaires.org y www.amisdelaterre.org.