lunes, 16 de marzo de 2009

LA GEOPOLITICA DEL CAUCASO


Carlos Álvarez Calderón

Introducción

Recientemente, el interés por la región del Cáucaso se ha incrementado por parte de la comunidad política y económica a nivel internacional. Una razón principal para este renovado interés es naturalmente el desarrollo de la producción de petróleo y de gas del Mar Caspio, que ha atraído una horda de compañías energéticas públicas y privadas, desde Noruega hasta Japón.

Pero a pesar del peso geopolítico de los recursos energéticos, no puede afirmarse que éste sea el único factor geoestratégico de importancia en la región. Desde 1991, una lucha se ha desatado por la influencia económica y política en la cuenca sur de la entonces Unión Soviética, una competencia definida por algunos como un renovado “Gran Juego”. Mientras Rusia se ha dedicado a reafirmar su influencia sobre sus antiguos dominios, nuevos actores como Turquía e Irán han ingresado a la competencia estratégica en la región, aunque al principio no tenían claro cuál seria sus papeles. Posteriormente, nuevos actores han entrado a la carrera, por varias razones, entre ellos los Estados Unidos y la Unión Europea que buscan, ante todo, maximizar sus intereses económicos en dicha región .

Si bien los factores económicos resuenan y justifican la importancia creciente del Cáucaso, las dinámicas políticas tienen su propio curso y preocupan a la comunidad internacional. Los conflictos étnicos han plagado la región a un nivel mucho mayor que cualquier área de Eurasia, salvo la extinta Yugoslavia ; en el Cáucaso Sur, ninguno de los conflictos que se iniciaron desde 1988 ha encontrado una solución definitiva.

Siendo esta región, el territorio que separa a Rusia, Turquía e Irán, el Cáucaso hasta cierto grado ha revertido la situación vivida en los siglos XVIII y XIX, cuando fue escenario de la lucha entre los imperios zarista, otomano y persa.

Hoy los estados caucásicos son actores internacionales con un papel político que nunca antes tuvieron. Aun así, estos países siguen siendo débiles en comparación con las potencias medias de la región Transcaucásica; constantemente temen la intervención de Rusia en sus relaciones internacionales, y perciben la necesidad, tal como en el siglo XVIII, de construir alianzas en contra de las amenazas de sus grandes o pequeños vecinos.

Dinámica política en los estados caucasianos

Entre los tres estados del Cáucaso, la primera observación de interés que puede realizarse es que dos de los países, Armenia y Azerbaiyán, están en un estado latente de guerra, del cual el tercer ente político de la región, Georgia, mantiene su neutralidad. La guerra entre los dos estados, que comenzó en 1992 después de 4 años de escalamiento del conflicto, condujo a la ocupación armenia de Nagorno-Karabakh y sus alrededores, una región que comprende el 20% del total del territorio de Azerbaiyán; a pesar de la victoria de la guerra, que dejo un poco más de 25.000 victimas , Armenia no ha sido capaz hasta el momento de ganar la paz en ese convulsionado territorio.

A pesar de las buenas apariencias de Nagorno-Karabakh, y en particular, de su capital Stepanakert, en donde la vida cotidiana se asemeja al de cualquier ciudad intermedia de Europa, la tensión política no ha desaparecido, y el cese al fuego decretado entre los dos países desde hace más de 10 años, pende sobre un hilo; cabe anotar que la región aún no ha sido reconocida a nivel internacional como un estado independiente, y debe su supervivencia enteramente a Armenia.

El conflicto entre Armenia y Azerbaiyán ha tenido consecuencias que se extienden más allá de las fronteras caucasianas. Para el Cáucaso, la principal implicación es que el conflicto impide a la región actuar en conjunto ante las amenazas externas. El hecho de que las relaciones entre los dos países en conflicto siguen las reglas de un juego de suma cero, presenta la posibilidad a actores extra regionales de inmiscuirse en el Cáucaso al dar apoyo a cualquiera de las partes, y en esa medida, alterar la balanza de poder en la región, lo cual conlleva por supuesto, a una mayor inestabilidad política al obstaculizar la emergencia de sistemas políticos estables y democráticos; además, ayuda a perpetuar el subdesarrollo económico de la región.

Esta dinámica existente fortalece los intereses del ex poder hegemónico de la región, Rusia, quien ha apoyado decididamente fuerzas centrifugas en la región con el propósito de debilitar los estados existentes y así hacerlos más maleables a la influencia rusa. Pero es necesario destacar que dicha política, de cierta manera, se ha revertido en contra de los intereses rusos, ya que puede relacionarse las acciones rusas en la región transcaucásica y la rebelión chechena en el Cáucaso Norte.

En el marco del sistema internacional de post-guerra fría, Georgia aporta dos conflictos vinculados a la cuestión nacional, de carácter étnico-secesionistas. En estos conflictos es posible observar la presencia de múltiples actores, como Georgia, Osetia del Sur y Abjazia.

En 1991, Georgia declaraba su independencia y, al igual que las repúblicas bálticas y Azerbaiyán, no se adhirió a la Comunidad de Estados Independientes (CEI), entidad que de alguna forma reconstituía el espacio ex soviético en torno a la Federación Rusa. El gobierno del nacionalista georgiano Zviad Gamzajurdia, animado por la idea de un retorno a la “Georgia mítica y milenaria”, se propuso “georgizar" todos los ámbitos del estado incluyendo aquellos más “sensibles” (lengua, por ejemplo), que afectaban a las distintas entidades que lo conformaban. Estas políticas de nacionalismo extremo generaron una serie de reacciones, de carácter violento y secesionista en Osetia y Abjazia, al mismo tiempo que algunos grupos políticos contestaban, incluso por la vía armada, el poder de Gamzajurdia; estos hechos desencadenarían la caída del polémico líder nacionalista y su reemplazo por un moderado, Edvard Schevardnadze (1992-2003).

En política exterior, Georgia procuró mantener la “neutralidad activa”, que se tradujo en la no participación en la CEI; también en la promoción de relaciones bilaterales con estados geográficamente más cercanos, como Turquía, Azerbaiyán e Irán, y aquellos históricamente cercanos, como Francia; además, Georgia se propuso participar activamente en diferentes organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). La neutralidad georgiana en relaciones internacionales fue difícil de conseguir, en particular, por la propia situación de desorden interno del país que le condujo a una verdadera situación de “aislamiento internacional” y al peligro de una división territorial en sus primeros años como entidad independiente .

Pero es indudable que la dificultad también estuvo determinada, en gran medida, por las relaciones con Rusia. La idea de “mantener distancias” con la Federación Rusa, es decir, conseguir cierto margen de acción en materia internacional fuera del espacio ex soviético y de hacer frente con sus propios recursos a las demandas y tensiones nacionalistas de ámbito estatal, fueron objetivos durante los gobiernos de Gamzajurdia y de Schevarnadze. Sin embargo, el deseo de protección de la soberanía tuvo que “coexistir” con el intervencionismo del Kremlin en la región, materializándose con el apoyo militar ruso a los separatistas osetios y abjazos en territorio georgiano, y que produjo al final una independencia de facto de estas dos sub-regiones.

Se puede concluir que si bien el Moscú no creo los conflictos del Cáucaso, el sentimiento general, particularmente en Georgia y Azerbaiyán, es que fuerzas poderosas fueron usadas para profundizar las divisiones étnicas y así prevenir una real independencia de los estados caucasianos. Como resultado de estos acontecimientos, un numero de acuerdos atan fuertemente a Armenia con Rusia, a pesar del factor que muchos armenios son suspicaces de las intenciones rusas y que la propia Armenia era una de las repúblicas más intransigentes del régimen soviético a finales de la década de los ochenta; Armenia, en su situación geopolítica actual, no ve otra opción de alianza sino con Rusia, para garantizar su seguridad.

Por su lado, Georgia enfrentada al espectro de una disolución del estado en octubre-noviembre de 1993, fue obligada a aceptar tropas rusas en su territorio y a hacer parte de la CEI para restablecer la estabilidad interna. Solo Azerbaiyán pudo evitar el retorno de las tropas rusas en su suelo, pero fue forzada también a convertirse en miembro de la CEI, a pesar de su alianza con Turquía.

En cuanto a las relaciones georgianas con los otros dos estados del Cáucaso, esta claro que los intereses de Georgia son similares a aquellos de Azerbaiyán, principalmente en la restauración de la integridad territorial y en una completa independencia de Moscú. Armenia, por el otro lado, es dependiente de la presencia rusa en el Cáucaso, y soporta el principio compensatorio de la auto determinación de las minorías, en particular con los armenios en Nagorno-Karabakh. Esto ha conllevado a Georgia a tener una relación poco congruente con Armenia; el país ve con desconfianza al gobierno armenio, si se tiene en cuenta que dentro del territorio georgiano, principalmente en su frontera con Armenia, existe una importante minoría de armenios.

Para comprender mejor el escenario geopolítico del Cáucaso, es necesario ampliar el marco geográfico hasta la región Asia Central. Rusia, China, Afganistán e Irán bordean Asia Central, y se encuentran a tan solo pocos kilómetros de las fronteras indias y pakistaníes. Por ello, la región del “Gran Asia Central” , esta rodeado de las más grandes potencias regionales de este siglo, cuatro de las cuales son declaradas estados nucleares, complicando aún más el análisis político y económico de la región transcaucásica, especialmente en lo concerniente a sus relaciones internacionales.

GUAM y el surgimiento de varios ejes dentro del CEI

Dentro del marco de trabajo de la CEI, los tres países caucasianos se han afiliado a diferentes alineamientos de países que han emergido en esta organización. Armenia se ha acercado a un grupo de países, que por diferentes razones, trabajan en el fortalecimiento de la CEI, pero que no comparten, aparte de éste, ninguna otra similitud ni interés por lo que no puede considerárseles un emergente bloque geopolítico. Adicionalmente a Rusia, que usa el CEI como herramienta para recobrar su influencia perdida sobre las entonces repúblicas de la extinta Unión Soviética, este grupo incluye a Belarusia, Kazajistán y el Kirguistán.

Georgia y Azerbaiyán, por otro lado, están involucrados como motores de un grupo mucho más compacto de estados que comparten diversos intereses. Dicho grupo es conocido como GUAM y su nombre se deriva de las iniciales de los países que la conforman (Georgia, Ucrania, Azerbaiyán y Moldavia). Estos cuatro estados se resisten a un fortalecimiento aún mayor de la CEI, ya que ven dicha organización como un instrumento de influencia rusa sobre las repúblicas; por ello buscan ampliar sus contactos internacionales, sobretodo en temas de seguridad, por lo que son propensos a alinearse con mecanismos occidentales como la OTAN. No puede olvidarse que en todos los estados miembros de GUAM existen movimientos separatistas, que Rusia directa o indirecta ha apoyado en el pasado.

Las relaciones entre los cuatro estados de GUAM se han intensificado a un ritmo acelerado a partir de 1998. Dicha cooperación se ha institucionalizado hasta cierto punto, aunque busquen mantener un bajo perfil, debido a la oposición rusa en torno a la cooperación entre los estados del CEI que escapen a su control. Si bien el GUAM concentra buena parte de sus esfuerzos en materia política, la esfera económica es también muy importante. Ucrania y Moldavia están interesados en participar de las exportaciones del petróleo del Mar Caspio a Europa, a través del Mar Negro, mientras que Georgia y Azerbaiyán buscan constituirse como “puente” entre Asia Central y Europa. Las cuatro naciones esperan jugar un papel fundamental en los planes para revivir la “Ruta de la Seda” entre Europa y Asia mediante el proyecto TRACECA, que busca ofrecer nuevas y alternativas rutas de comercialización a las existentes en Rusia; para ello, los cuatro países han firmado numerosos acuerdos bilaterales con el fin de logar dichos objetivos.

Armenia esta excluida totalmente de los esquemas de cooperación de GUAM por la simple razón de la presencia de Azerbaiyán en dicho grupo. En los últimos años, Bakú se ha convertido en el centro político y económico de la región del Caspio; con sus recursos petrolíferos y su fortaleza demográfica, Azerbaiyán se esta convirtiendo paulatinamente en el estado más poderoso en el Cáucaso, y por ende, tiene la capacidad de mantener a Armenia por fuera de los esquemas de cooperación económica dentro del marco de GUAM, e inclusive por fuera de ella.

En la perspectiva azerbaijana de una relación sólida con Turquía y Occidente, la función de Georgia se ha vuelto crucial para Bakú, ya que es su enlace a Occidente, Europa y Turquía. Este estado de relaciones tiene interesantes implicaciones para la relación entre Georgia y Azerbaiyán; en las políticas de oleoductos, Azerbaiyán ha excluido a Armenia como candidato para el transporte del petróleo a la costa turca en el Mediterráneo, mientras el conflicto sobre Nagorno-Karabakh no se resuelva . Y como Irán es imposible por las objeciones estadounidenses, Georgia (por residuo), se ha convertido en la elección para el proyecto del oleoducto Bakú-Ceyhan. Este proyecto y el oleoducto Bakú-Supsa son de considerable importancia para la estancada economía georgiana; como resultado, Tbilisi tiene cierto interés en el aislamiento de Armenia, una ruta más lógica para el transporte de muchos productos de Azerbaiyán a Turquía.

La institucionalización y expansión de GUAM fue sin duda un evento significativo para la región, ya que coincidió con la renegociación del Tratado de Seguridad Colectiva (TSC) del CEI, del cual Azerbaiyán, Georgia y Uzbekistán se rehusaron a ratificar, a pesar de la presión rusa. De hecho, ahora el CEI esta dividido en dos partes, uno liderado por Rusia (TSC) y otro por Occidente (GUAM); ello prácticamente ha neutralizado políticamente al CEI como organización.

El Cáucaso en la geopolítica euroasiática

Más allá del CEI, el Cáucaso se ha convertido en un espacio geográfico propició para la proliferación de nuevos alineamientos geográficos en la era de la post guerra fría. En cierto sentido, lo que está ocurriendo en el continente euroasiático es aquello que sucedió al interior del CEI, es decir, el surgimiento de dos bloques opuestos, y si bien existen intereses comunes y una creciente interdependencia económica entre naciones rivales en esta región, el futuro cercano es fácilmente pronosticable.

El primer grupo visible es básicamente pro-occidental, proactivo en temas de política exterior y anti-ruso en el marco de trabajo de la CEI. Este grupo generalmente se resiste a la influencia iraní y es abiertamente apoyado por los Estados Unidos. En el otro grupo se encuentran un conjunto de países que resienten la creciente influencia de Estados Unidos y Turquía en la región, y están en una posición conflictiva con los aliados norteamericanos. Estos estados siguen una política exterior reactiva, dirigida a prevenir a través de diferentes medios la influencia occidental, como es el caso de Siria hacia Turquía o Rusia hacia Georgia.

Dos actores son cruciales en este nuevo reordenamiento regional. Turquía es un país pro occidental, con fuertes lazos militares con los Estados Unidos y una relación ambigua con la Unión Europea, quien esta indeciso del papel turco en la estrecha concepción que tiene la UE sobre Europa . Turquía es percibida como un brazo extendido de los Estados Unidos en Asia Central y el Cáucaso, especialmente por los estados en el grupo opositor. El principal aliado turco en la región ha sido y continúa siendo Azerbaiyán; Turquía fue el único país que apoyo abiertamente a Azerbaiyán en su conflicto con Armenia y se constituye como el socio político y económico más tangible de Bakú. Por ello Georgia ha encontrado que es lógico y necesario mejorar sus relaciones con Turquía, a pesar de los remanentes de desconfianza que existe entre los georgianos frente a los turcos, por un pasado histórico común que no está carente de conflictos. En los últimos años, Turquía ha visto mejorar sus relaciones con Ucrania y Moldavia, y el interés turco en estos países están relacionadas en parte con la existencia de minorías turcas en esos territorios (gagauzios en Moldavia y tártaros de Crimea en Ucrania).

Sin querer alienar a Rusia, con el cual Turquía tiene importantes relaciones comerciales (otra prueba de la red de interdependencia en las relaciones internacionales modernas) , Ankara se ha constituido como un apoyo tácito a GUUAM , a pesar de la rivalidad turca y ucraniana por el transporte del petróleo caspiano. Aparte de los intereses petrolíferos, Turquía tiene importantes intereses económicos en el área, en el que existen nuevos mercados para los productos industriales turcos de todo tipo. Ningún visitante al Cáucaso, incluso en Armenia, país con el que Turquía tiene cerrada su frontera, puede desconocer la presencia económica turca.

El segundo actor crucial en este juego de ajedrez es Irán. Los iraníes desde el principio han sido muy realistas acerca de sus posibilidades en Asia Central y el Cáucaso. Viendo la imposibilidad de exportar el modelo iraní a los países de Asia Central, Irán ha estado preocupado por la creciente admiración que despierta el modelo turco en la región.

Más aún, Irán y Rusia han encontrado una causa común en prevenir que la influencia turca en la región aumente. Para Irán, quien esta principalmente interesado en la estabilidad a ambos lados de su frontera norte, aceptar el retorno de la hegemonía rusa es preferible, si conduce a la estabilidad, que el incremento de la influencia de Ankara.

Como resultado, Rusia e irán se han alineado paulatinamente hasta constituir actualmente una virtual alianza estratégica. Ambos estados comparten una aversión a la influencia estadounidense y turca en sus vecindarios y trabajan mancomunadamente para minimizar dichas influencias. En este contexto, Armenia se ha convertido en un lógico eslabón de dicha alianza, evidenciándose el surgimiento del eje Moscú-Teherán-Yerevan, cuya función primordial es contrarrestar la influencia de Turquía en la región transcaucásica.

En lo que concierne a la geopolítica caucasiana, la política iraní hacia la región es bastante interesante e incluso ilógica en la superficie para el observador extranjero. Aparte de Irán, Azerbaiyán es el único país de la región con una población mayoritariamente chiíta. A pesar de este factor, después de un periodo de neutralidad, Irán se ha acercado a Armenia convirtiéndose en su principal proveedor económico. Irán desde el principio estuvo preocupado con la creación de un estado azerbayaní al norte de su territorio, ya que temía que éste nuevo estado despertaría posibles sentimientos irredentistas entre los aproximadamente 25 millones de azeríes en Irán, un número considerablemente mayor que en el propio territorio azerbayaní . Estos temores casi se hacen realidad en 1992, con la llegada al poder en Bakú del presidente Elcibey, cuyo discurso abiertamente anti-iraní acerco a Irán, aún más, al gobierno de Armenia.

En el flanco sur de estos nuevos alineamientos, es difícil subestimar la importancia de la alianza estratégica entre Turquía e Israel, especialmente para los estados árabes (Siria en particular), que ven con preocupación dicha relación bilateral. El pacto entre los dos poderes militares más importantes del Medio Oriente es un evento que ha rediseñado la balanza de poder en toda la región. Si bien turcos e israelíes han asegurado que dicha alianza no va dirigida contra ningún país extranjero, los temores existentes han fortalecido la alianza existente entre Irán, Siria y Armenia, e incluso con Grecia, por su contencioso territorial con Turquía. En esta dinámica, Israel ha desarrollado un considerable interés en Azerbaiyán, y es una muy importante fuente de inversión en la economía de Georgia.

Enlaces con el Medio Oriente

El Cáucaso ha sido integrado poco a poco a las relaciones de seguridad del Medio Oriente. El complejo contexto caucáseo puede extenderse a los escenarios geopolíticos del Medio Oriente, con un grupo de países proactivamente más cercanos a Occidente y a otro grupo de países reactivamente opuestos a la influencia occidental en la región. En este esquema, el papel de Israel en el Cáucaso y Asia central es más importante de lo que reconocen usualmente algunos analistas internacionales.

Las razones que han permitido un mayor acercamiento de los países caucasianos y de Asia Central hacia Israel son en primera medida, el mutuo temor de la expansión del fundamentalismo islámico y el deseo de contener la influencia iraní en las repúblicas musulmanas de la ex Unión Soviética. En segundo termino, el acercamiento a Israel puede explicarse por su imagen favorable como organización estatal, es decir, pequeña pero política y económicamente poderosa, democrática y secular. Relacionado con lo anterior, los estados caucasianos ven la estrecha relación de Israel con Estados Unidos como una puerta en general al mundo occidental, y a Norteamérica en particular. Finalmente la asistencia económica israelí ha sido bienvenida por estos países, los cuales buscan inversión extranjera de manera desperada; entre los países de la región del “Gran Asia Central”, Uzbekistán y Azerbaiyán son aquellos que más han atraído inversiones israelíes.

En lo concerniente a Azerbaiyán, Israel tomo desde el principio una posición pro-azerbayaní en el conflicto de Nagorno-Karabakh, incluso con el aparente suministro de armas y apoyo en inteligencia hacia el gobierno de ese país. En el campo económico, Azerbaiyán ha estado interesado en la experticia tecnológica de Israel, mientras Tel-Aviv espera que el petróleo de Bakú pueda llegar a su territorio a través del oleoducto sub-acuático desde Ceyhan, toda vez que el proyecto Bakú-Ceyhan se realice. Naturalmente Irán ha advertido repetidas veces a Azerbaiyán de no perseguir y desarrollar sus lazos con Israel, pero dichas amenazas y advertencias no han hecho eco al interior del gobierno azerbayaní.

La conexión israelí también ha sido fundamental en la atracción de Siria a la alianza ruso-iraní. Las preocupaciones de seguridad de los sirios han sido agravadas por la relación turco-israelí, y Siria ya esta alineada con Irán y posee buenas relaciones con las estructuras militares rusas desde los tiempos de la Unión Soviética. Por último, no cabe descartar la posibilidad de un enlace más fuerte entre el gobierno griego del sur de Chipre con la alianza de Siria y Rusia.

En definitiva, los alineamientos estratégicos que se observan en el Cáucaso no pueden ser separados de los alineamientos existentes en Oriente Medio, siendo ésta una parte de la inevitable reintegración de la región con sus históricos contactos en el sur.
La política estadounidense

En lo relacionado con el papel de los Estados Unidos, esta ha pasado a través de varias fases desde 1991, teniendo en cuenta que el fin de la guerra fría terminó en la Casa Blanca con una determinada visión estratégica del Cáucaso y Asia Central.

Inicialmente, Washington no estaba en la completa disposición de desarrollar su influencia en la región, debido a que la región transcaucásica era considerada una esfera más de influencia rusa. Esta política se derivaba, primero que todo, del respeto que se tenía de la posición de la Unión Soviética como poder hegemónico, y también por la falta de conocimiento e iniciativa de los estadounidenses en la región del Mar Caspio. A principios de la década de los noventa, Estados Unidos se limitaba en exaltar el modelo turco y como ese esquema era propicio para los estados musulmanes que emergían del recién desintegrado bloque soviético, apoyando la tarea turca de extender su influencia sobre la región.

Sin embargo, para 1995, la política norteamericana estaba en un periodo de transición; los recursos petrolíferos de Azerbaiyán comenzaban a interesar a la Casa Blanca. Si bien Washington hasta el momento había respetado la influencia de Rusia en los estados caucasianos, la guerra de Chechenia cambio por completo el panorama ya que le demostró a los Estados Unidos, que si bien las capacidades militares rusas seguían siendo importantes, ya no representaban una seria amenaza a la seguridad norteamericana. En otras palabras, mucho del respeto que tenia Washington hacia Moscú se perdió. Por ello no es coincidencia que la política estadounidense en el Caspio se convirtiera paulatinamente asertiva desde el segundo semestre de 1996, época en la que Estados Unidos ya consideraban el Cáucaso y el Caspio como una región vital para los intereses de ése país.

Como consecuencia, Estados Unidos tomará durante la mitad de los años noventa la decisión de acabar con el monopolio del control ruso sobre la energía desde el Cáucaso a Asia Central. Washington tenía un interés directo en diversificar y aumentar sus suministros energéticos en el ámbito mundial y en la promoción de un rápido desarrollo de las fuentes energéticas del Caspio para reforzar la seguridad energética occidental. Para ello era fundamental la independencia y estabilidad de las republicas centroasiáticas y caucasianas. Esto produjo un giro hacia una política de cooperación en seguridad y defensa con estos regímenes, incluyendo ayuda militar, adiestramiento e intensificación de los ejercicios conjuntos a través del programa de Asociación para la Paz de la OTAN y con la creación del GUUAM .

Conclusión

El web de relaciones emergentes en el Cáucaso, Asia Central y el Medio Oriente, después del fallecimiento del mundo bipolar entre 1989 y 1991 parece comenzar a cristalizarse en un nuevo conjunto de alineamientos. Si bien el hecho de que la interdependencia económica es la regla del día, y los actores mas relevantes de este “Gran Juego” mantienen cierto grado de relaciones de trabajo, a excepción del caso de Estados Unidos e Irán, es innegable determinar la existencia de profundas diferencias e intereses entre un bloque de países y otros.

Observando el Cáucaso desde una saludable distancia, una mirada al mapa aclara muchos de los interrogantes que puedan surgir. La expansión oriental de la influencia turco-estadounidense hacia el Asia central, depende en cierta medida de la pequeña arista que Georgia y Azerbaiyán forman entre Rusia, Armenia e Irán. Por el otro lado, la localización geográfica de Armenia es también crucial, al formar una “cuña” que atraviesa la cadena turca , que teóricamente, se extiende desde Estambul hasta la provincia china de Xinjian. En esta cadena, los eslabones más débiles podrían ser los más importantes, es decir, Georgia y Azerbaiyán, que son desde el punto de vista político, los más directos opositores de la nueva política en relaciones internacionales del gobierno ruso en la región Trascaucásica y en Asia Central.

Bibliografía

Garcelon, Marc; Walker, Edward W. “The Geopolitics of Oil, Gas, and Ecology in the Caucasus and Caspian Basin”, University of California, Berkeley, 1998.

Sánchez, Antonio. “Relaciones Político-Económicas entre Rusia e Irán”, Real Instituto Elcano, Madrid, 2006.

Cohen, Ariel. “Eurasia in Balance”, AshGate Publishing, New York, 2006.

International Group Crisis. “Georgia: Sliding Towards Authoritarianism?”, Europe Report N°189, Brussels, 2007.

AFGANISTÁN Y EL CIERRE DE LA BASE DE ESTADOS UNIDOS EN KIRGUISTÁN


Nicolás de Pedro

Tras casi un mes de rumores, el presidente de Kirguistán, Kurmanbek Bakiyev ha anunciado su intención de cerrar la base estadounidense en el aeropuerto de Manas en Bishkek. La base fue establecida en 2001 con el inicio de la operación en Afganistán, y desde entonces sirve de apoyo a la misión ISAF de la OTAN. Aunque aún no es seguro y en la política kirguís todo es susceptible de cambio hasta el último momento, un hipotético cierre de esta instalación puede generar dificultades a la misión internacional en Afganistán y notables repercusiones en la geopolítica centroasiática.

Desde principios de 2006, las tensión entre Kirguistán y Estados Unidos y los incidentes relacionados con la base de Manas han sido recurrentes. Así por ejemplo, en el verano de 2006 y coincidiendo con la firma del último acuerdo sobre el uso de la base, Bishkek expulsó a dos diplomáticos estadounidenses, a lo que Washington respondió con similar medida un mes después. A finales de ese mismo año, un ciudadano kirguís murió abatido en los alrededores de la base cuando presuntamente hizo caso omiso de las indicaciones de un soldado estadounidense. “Aún habrá que esperar algunas semanas para ver si la declaración de Bakiyev no es una simple medida de presión para forzar una nueva negociación a la que Washington ya se ha mostrado dispuesto” Este incidente, nunca aclarado del todo, provocó una agria polémica dentro del país y ha sido instrumentalizado por aquellos que se oponen a la presencia estadounidense en Kirguistán. No obstante, el anuncio de Bakiyev está motivado fundamentalmente por otras cuestiones.

En primer lugar, por la insatisfacción de las autoridades kirguises con relación al alquiler percibido por el uso de la base y a las escasas inversiones estadounidenses en el país. En segundo lugar, por el malestar provocado por la supuesta intromisión de Washington en los asuntos internos de Kirguistán con su política de promoción de la democracia y de fortalecimiento de la sociedad civil que Bakiyev percibe como un serio riesgo para su propia posición. Por último, pero no menos relevante, por las fuertes presiones recibidas por Bishkek desde Moscú y Pekín para cerrar esta base, que perciben el uno como un desafío a su posición regional dominante y el otro como una amenaza a su arquitectura defensiva.

Dividendos económicos… y riesgos para la seguridad

“Medvedev ha ofrecido a su homólogo kirguís un préstamo de 300 millones de dólares y la promesa de invertir más de 1.700 millones en el depauperado sector energético local” Desde la perspectiva de Bakiyev, el cierre de la base ofrece ventajas en los tres sentidos ya que permite obtener dividendos económicos como compensación, fundamentalmente de Rusia, pero también de China y, al mismo tiempo fortalece su posición ante el inicio de un nuevo ciclo de protestas contra su gestión previsto para la próxima primavera boreal. Sin embargo, entraña riesgos para la soberanía y seguridad del país como ya han indicado los principales líderes opositores y algunos analistas locales.

Aún habrá que esperar algunas semanas para ver si la declaración de Bakiyev no es una simple medida de presión para forzar una nueva negociación a la que Washington ya se ha mostrado dispuesto; si bien el reciente acuerdo de cooperación económica y militar alcanzado con el Kremlin invita a pensar que se trata de un movimiento más meditado y que, a diferencia de ocasiones anteriores, puede conllevar el cierre definitivo de esta instalación.

El presidente Medvedev, a pesar de la gravedad de la crisis en Rusia, ha ofrecido a su homólogo kirguís un préstamo de 300 millones de dólares y la promesa de invertir más de 1.700 millones en el depauperado sector energético local. Con estos movimientos Moscú está lanzando un claro mensaje sobre su determinación en la que considera su área de influencia. Así, los dirigentes rusos han insistido en varias ocasiones en la capacidad de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) que lidera Rusia para garantizar la seguridad regional. Significativamente, Bakiyev hizo pública su intención de cerrar la base tan sólo un día después de la cumbre del Consejo de la OTSC en Moscú, de la que también forman parte Armenia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán.

Un golpe para la OTAN que puede ser oportunidad

En este sentido, el momento elegido por Kirguistán y probablemente Rusia, “Durante los últimos meses, Tayikistán, Uzbekistán y Kazajstán han manifestado su voluntad de reforzar su cooperación con Washington” no podía ser peor para la OTAN ya que las crecientes dificultades sufridas en la línea de comunicaciones a través de Pakistán, especialmente vulnerable en el paso de Khyber; así como la posible búsqueda de algún tipo de arreglo regional han revalorizado en los últimos meses el papel de Kirguistán y el resto de Asia central en la resolución del conflicto afgano. Sin embargo, ambas cuestiones merecen un análisis más detallado ya que, por un lado existen alternativas a Manas y por otro, la capacidad de influencia de Asia central con respecto a la mejora de la situación en Afganistán es sumamente incierta.

De acuerdo con el propio Pentágono, la base de Manas permite el transporte de 15.000 personas y unas 500 toneladas de mercancías al mes. Por ello, su posible cierre plantea algunas dificultades para el previsto incremento del contingente estadounidense en Afganistán anunciado por la nueva administración Obama.

No obstante, durante los últimos meses, Tayikistán, Uzbekistán y Kazajstán han manifestado su voluntad de reforzar su cooperación con Washington y, de hecho, la simple sugerencia del cierre de la base de Manas ha provocado su ofrecimiento de facilidades logísticas y rutas alternativas de suministro para la misión desplegada en territorio afgano.

Cada una de estas opciones, independientemente de sus implicaciones operativas y bilaterales, está sujeta al complejo y dinámico equilibrio de fuerzas de la geopolítica centroasiática, o lo que es lo mismo al grado de dependencia de cada uno de estos países con respecto a Rusia y China. En cualquier caso, es una prueba de su predisposición para cooperar con la OTAN, no sólo por los réditos políticos, sino también por las oportunidades económicas y comerciales que les puede reportar.

Rusia, por el diálogo OTAN-OTSC

Por otro lado y sin que suponga una contradicción con su posición con respecto a la base de Manas, Rusia también ha ofrecido a la OTAN la posibilidad de establecer una línea de suministros terrestre de material no letal a través de su territorio. Para Rusia, al igual que para las repúblicas centroasiáticas, la resolución del conflicto en Afganistán es de interés prioritario. Algunos de los principales desafíos y amenazas para su seguridad tales como el extremismo islamista, la amenaza terrorista o el narcotráfico y el crimen organizado están claramente vinculados con el conflicto afgano. “Rusia pretende que la cooperación sobre Afganistán se gestione a través de un diálogo OTAN-OTSC”.

De esta manera, un deterioro de la situación en Afganistán podría acarrear graves consecuencias para la seguridad rusa a través de su frontera meridional, el llamado vientre blando de Rusia formado por las repúblicas centroasiáticas. No obstante la base de Manas, y ésta es una de las principales dificultades a las que se enfrenta, no es percibida ni por los regímenes centroasiáticos ni desde luego por Moscú o Pekín como un dispositivo esencialmente vinculado al conflicto afgano, sino por el contrario como un símbolo de la voluntad de Washington de penetrar en la región y limitar la influencia de otras potencias.

Por ello, el ofrecimiento ruso de apertura de esta línea de comunicaciones y sus presiones a Bishkek para el cierre de Manas no resulta contradictorio sino que va en la línea de la política seguida por el Kremlin en los últimos meses de reafirmación de su posición en la que considera su área de influencia. De esta manera, Rusia pretende que la cooperación sobre Afganistán se gestione a través de un diálogo OTAN-OTSC; es decir, que la relación de Asia central con la OTAN esté filtrada por Moscú.

¿Gran Asia Central?

En cualquier caso, es dudoso que las repúblicas centroasiáticas individual o colectivamente puedan realizar una contribución significativa a la resolución del conflicto afgano toda vez que tienen serias dificultades para garantizar su propia seguridad, promover su desarrollo y no han sido capaces de establecer un foro de diálogo regional en ausencia de la tutela de alguna gran potencia. Por no mencionar los temores que genera en Asia central cualquier acercamiento a la cuestión afgana.

Así, el proyecto de una gran Asia central ideado por Washington y que tiene como eje un fortalecimiento de los lazos entre el Asia central y la meridional, con el objetivo explícito de favorecer el desarrollo de ambas regiones por medio de la cooperación económica y los intercambios comerciales y el objetivo implícito de reducir la orientación hacia Rusia de Asia central, facilitando la conexión de esta última a los mercados internacionales a través de los puertos de Gwadar o Karachi tiene, de momento, escasas perspectivas de desarrollo.

Asimismo, hasta la fecha, el impacto de la participación centroasiática en la resolución del conflicto afgano a través de los diversos foros multilaterales que se han creado tales como el grupo 6+2, formado por los países vecinos de Afganistán, Estados Unidos y Rusia bajo el auspicio de la ONU; el grupo de contacto con Afganistán de la Organización de Cooperación de Shangai; o el grupo de trabajo de la OTSC ha sido más bien escaso, por no decir inexistente.

TIMOR DEL ESTE. SU PROCESO DE INDEPENDENCIA


Tilio Alberto Coronel Grillo

Introducción

Descubierto por Portugal en 1512, Timor fue proveedor de madera de sándalo[1] y café. Es el país más pobre del Sudeste Asiático. Tiene frontera con Indonesia, ocupa la mitad Este de la isla de Timor, el enclave de Oe-cusse y las islas de Atauro y Jaco. Su Capital es Dili y la segunda ciudad en importancia se llama Baucau. Tras un largo proceso de independencia iniciado en 1970, surgió como República el 20 de mayo de 2002. Se le llamó en ese entonces “el país más joven del mundo”.

Los partidos políticos

Las naciones no son autónomas e impenetrables y Timor es un caso típico. Los países más poderosos influyen muchísimo en la región y su influencia y su dependencia respecto a Portugal es obvia. Hacia 1970 nació la idea de independencia, pero un hecho ocurrido en el distante Portugal fue el determinante para el inicio del proceso: La Revolución de los Claveles (25 de abril de 1974),que causó un vacío de poder en el lejano Timor y dio lugar al nacimiento de partidos políticos con diferentes tendencias.

Como toda población de países emergentes, la de Timor se forma con sub-grupos definidos por la etnia, regionalismo, parentesco y herencia cultural. El factor aglutinante tal vez sea la pobreza, el hambre y necesidades elementales como salud y educación. Esto dio lugar a integración de tres fracciones políticas: una partidaria de Portugal, una pro-Indonesia y otra nacionalista.

-La Unión Democrática Timorense (UDT)
-El Frente Revolucionario de Timor Oriental Independiente (FRETILIN)
-La Asociación Popular Democrática Timorense (APODETI)

1.-La Unión Democrática Timorense (UDT)

Fundado en l974, fue el primer partido político de Timor. Se formó por miembros de la burguesía local y apoyaba al régimen colonial. Buscó una autonomía progresiva conservando la administración portuguesa. Era partidaria del “statu quo”, es decir, un cierto equilibrio más o menos duradero, cosa difícil de lograr en esa conflictiva región. Con el tiempo cambió su orientación y apoyó al FRETILIN para logar la Independencia.

2.-El Frente de Liberación de Timor Oriental (FRETILIN)

Fundado en l974, de ideología socialdemócrata, luchó por la independencia de Portugal y luego de Indonesia (entre 1974 y 1998). Contaba con la mayoría del apoyo popular. Su líder, Nicolaus dos Reis Lobato, fue un personaje emblemático.

3.- La asociación Popular Democrática de Timor (APODETI)

Fundada en 1974, sus dirigentes consideraron inviable la idea de un Timor independiente. En su primer manifiesto reclamaron una “integración autónoma” (de hecho, la anexión) con Indonesia. Su primer presidente fue Arnaldo Dos Reis Araujo, un agricultor de 60 años, colaborador de los invasores japoneses durante la Segunda Guerra Mundial[2]. Fue el primer gobernador de Timor bajo el gobierno indonesio. De los tres partidos, fue el de menor simpatía popular, pero contó con considerable apoyo de Indonesia, canalizado a través del consulado en Dili.

El proceso

La relación cronológica de una serie de hechos no basta para analizar el proceso de creación de un estado. El análisis cuantitativo resulta insuficiente. El concepto de Estado no se mide en cantidad de hechos sino en la intensidad con que se mantiene, porque cada sector de población tiene distinto concepto, no en Estados con cientos de años de historia[3], sino en los noveles países. Timor es un caso interesante. En Dili y sus alrededores se asocia al Estado con el concepto de “presidente”.En Baucau y Viqueque-ciudades “caldo de cultivo” para todo lo insurgente, prima la figura del “líder revolucionario”.Los paisanos habitantes de la selva tienen el concepto de “jefe da vila” (vila, en Tetun[4] significa “aldea”).

No obstante, el pueblo participó activamente y los hechos ocurrieron con intensidad desbordante. En agosto de 1975 la UDT intentó un golpe de estado. El FRETILIN reaccionó provocando una insurrección general armada y la administración portuguesa abandonó el país. En consecuencia, el FRETILIN asumió el control de todo el territorio. El 28 de noviembre de 1975 proclamó la independencia y creó la República Democrática de Timor Oriental.

Indonesia invade

Si la situación internacional determina el accionar de los países, su medio ambiente regional no le va en zaga en cuanto a preponderancia de los estados vecinos. Un caso de influencia de un “estado contiguo” se ve claramente entre Timor e Indonesia, en el contexto de la “Teoría del dominó”, que dice: “Si un país entra dentro de un determinado sistema político, arrastra a otros de la región a esa misma ideología. Esta teoría la aplicó Estados Unidos durante la “guerra fría”, cuando Occidente temía el “avance del comunismo”. Indonesia estuvo a punto de pasar al bloque comunista y no se podía permitir lo mismo con Timor.

En ese momento, la mayoría del pueblo timorense deseaba la independencia. Incluso el discurso político de Indonesia no era radicalmente contrario a tal propósito, pero los países de segundo orden proponen y los más poderosos disponen. Gobernaba Indonesia el General Suharto, enemigo del comunismo, y recordando su triste experiencia en Viet Nam, Estados Unidos consideró que:

-Era el principal baluarte para frenar el avance del comunismo en el Sudeste Asiático.

-El quinto país más poblado del mundo, con un ritmo acelerado de desarrollo, se perfilaba como socio comercial para todos los países industrializados.

-Los estrechos de Ombau y Wetar,en el Mar de Timor, eran lugares apropiados para estacionar submarinos nucleares sin ser detectados por los soviéticos.

En rápida reacción y con aprobación de Estados Unidos, Indonesia invadió Timor el 7 de diciembre de 1975. El inconciente colectivo timorense tiene asentado el concepto de “invasión” y era lo que los propios timorenses esperaban que ocurriera. Los veteranos líderes dicen: “Fuimos descubiertos por Portugal. Nos invadieron Japón, Indonesia y por último las Naciones Unidas.”

Pero los miembros del FRETILIN no compartieron ese estado de resignado fatalismo. Abandonaron Dili y otras ciudades importantes (Baucau, Ermera, Ailieu), se ocultaron en las montañas y selvas, donde continuaron la lucha contra la fuerza expedicionaria indonesa.

Cierta vez le pregunté al Señor Joao, viejo combatiente timorense, como había vivido el proceso de lucha. Me respondió con voz pausada:

“No teníamos recursos para combatir. El problema principal era la carencia de botas. Se las sacábamos a los enemigos que matábamos, pero era difícil removerlas después de enfriarse el cadáver. Para hacerlo más rápido, cortábamos las piernas con el machete[5] y nos llevábamos todo junto: Piernas y botas.”

No eran hechos aislados para mostrar el uso de la herramienta nacional de Timor (me refiero al machete) sino que detrás quedaron, entre otros, la masacre del cementerio de Santa Cruz[6], el asesinato de los periodistas australianos en el pueblo de Balibo [7], la matanza en la iglesia de Aileiu[8], los disturbios en Dili [9] y la evacuación de refugiados a Australia ,hechos que indican que el proceso de independencia fue difícil, sangriento y salvaje

El proceso seguía su curso de todas formas y con diferentes etapas. El 2 de junio de l976 la “Asamblea del Pueblo”, integrada por miembros de la UDT y la APODETI, aprobó la anexión de Timor como la 17ª. Provincia de Indonesia. Otra piedra en el camino fue puesta cuando en diciembre de 1978 murió en combate Nicolaus dos Reis Lobato. Pese a este golpe, la resistencia reorganizó sus fuerzas y continuó la lucha.

En 1983 se firmó un cese de hostilidades entre Xanana Guzmao, comandante en jefe del FRETILIN y el Coronel Purwanto, jefe de la fuerza expedicionaria indonesa. El General Suharto no reconoció el acuerdo y la guerra de guerrilas continuó.

En 1988 se produjo un acercamiento entre el FRETILIN y la UDT. Fue creada la organización “Convergencia Nacionalista”, con carácter nacional, no partidario. En 1989 se incrementó la movilización popular frente a la ocupación. La represión fue muy dura[10].Naciones Unidas –que ante las continuas violaciones a los derechos humanos seguía el proceso de cerca- realizó varios llamados de atención e incluso exigió a Indonesia el retiro de su fuerza expedicionaria.

La Solución de Timor

Hechos regionales encuadraron lo que dio en llamarse la “solución de Timor”. El año de 1998 fue crucial para Indonesia. En mayo cayó el Presidente Suharto. La institución militar indonesa –la figura más fuerte después de la del presidente-se fraccionó en dos bandos: oficiales continuadores de Suharto y oficiales reformistas insubordinados. Asumió el presidente Habibie, quien heredó otros dos problemas:

-Prolongación de la crisis económica, acuciante en ese momento.

-Intensificación de las demandas de independencia de las provincias indonesas de ACEH e IRIAN, con violentos enfrentamientos entre comunidades étnicas y religiosas.

Habibie estimó que la situación escapaba de sus manos. Conciente del problema representado por Timor para Indonesia ante el mundo y debido a la presión internacional, intentó una solución al problema. En el contexto de conversaciones mediadas por Naciones Unidas, presentó una oferta dónde imponía el reconocimiento (por parte de ONU y Portugal) de la anexión de Timor en l976.

La propuesta se componía de dos puntos básicos:

-Estatuto de amplia autonomía para Timor como provincia de Indonesia.

-Celebración de un plebiscito mediante el cuál el pueblo timorense autodeterminase su situación.

Fue así que en 1999, Naciones Unidas, Portugal e Indonesia organizaron un plebiscito para que el pueblo eligiese: Autonomia o independencia. El acto se realizó el 30 de agosto de l999.El pueblo timorense rechazó la autonomía y decidió iniciar un proceso de independencia.

Esto provocó una terrible escalada de violencia, con su punto máximo en septiembre de 1999. Grupos paramilitares y milicias organizadas por Indonesia (sus servicios de inteligencia) quemaron casas y asesinaron personas. Se produjo un movimiento de refugiados hacia Indonesia y Australia.[11]Quiénes permanecieron en Timor, vivieron horas de angustia y terror.

El señor Amaral, timorense de 57 años, relata así esos días difíciles:

”Me escondí en una cueva con mi familia. Allí pasamos veinte días, comiendo lo que podíamos. Un día aparecieron dos cuatro por cuatro de ONU.[12]Le dije a mi esposa: Estamos salvados[13]. Mis primos no tuvieron suerte. Les dieron muerte a machetazos, les cortaron la cabeza y las ensartaron en unas varas.”

Ante la caótica situación, el 19 de septiembre de 1999 llegó a Timor el primer batallón de fuerzas multinacionales. El 24 de octubre se estableció el Gobierno de Naciones Unidas bajo el mandato de UNTAET[14]. Empezó el proceso de transición en sus aspectos político,economico,social y militar.

A tales efectos, Naciones Unidas trazó dos objetivos:

1.-Iniciar el proceso de Independencia de Timor
2.-Consolidar el país como nación.

El cronograma

Para alcanzar tales objetivos, se trazó el siguiente cronograma:

1.-Nombramiento de la una asamblea constituyente
2.-Redacción y aprobación de la primera constitución.[15]
3.-Realización de las primeras elecciones nacionales.
4.-Proclamación del primer presidente de Timor.

Cumplidas esas etapas, el 20 de mayo de 2002 se proclamó la independencia de Timor, integrándose como miembro 192 de ONU y siendo reconocido como tal en el contexto internacional.

El apoyo integral en lo político, económico, social y militar era un loable proyecto, pero siempre se dice que “del dicho al hecho hay un gran trecho”. Algunos analistas escépticos opinaron: “En el caso de Timor, los valores humanos defendidos como universales dieron paso a los intereses mercantiles de las grandes potencias. Siempre queda la duda: ¿el esfuerzo por la paz se encuadra en función de los principios y valores o según intereses económicos?”

El ciudadano no siempre ve estas cosas y el timorense común tenía otras aspiraciones: tranquilidad, salud, bienestar y educación. Su expectativa creció cuando se supo de los objetivos de UNTAET:

-Frenar el conflicto interno
-Mantener la paz
-Cumplir la autodeterminación del pueblo timorense.

Luego Naciones Unidas, a través de diversos nombres de su gobierno provisional (UNAMET[16] y UNMISET[17]) buscó consolidar y desarrollar la nueva nación.

La nueva nación

Además de ser extremadamente católicos, los timorenses son marcadamente timorenses. El espíritu de su nación combina diferentes creencias en la mente de sus miembros. Las personas mayores de sesenta años aún recuerdan a los “invasores japoneses” y éstos no les resultan simpáticos. Esas personas tienen más afinidad con Portugal, pero detestan Australia y a los australianos. Los adolescentes rechazan el idioma portugués por ser “muy difícil de aprender”. También rechazan aprender el catecismo. ”Prefiero aprender artes marciales. La religión me aburre”, decía Joselito, joven de catorce años que vendía discos de música (traídos de contrabando de Indonesia) en el “mercado novo” de Baucau. En la ciudad de Maliana, capital del Distrito Bobonaro, hay más afinidad con Indonesia por estar el poblado más cercana de la frontera de éste último, pero todo lo indonés es odiado en Viqueque, en el otro extremo de la isla.


Diversos factores sicológicos influyen según la región y eso dificulta la labor de las autoridades. Para el ejercicio del gobierno interior se buscó la integración y no la unificación. El idioma es una herramienta muy útil. Las dos lenguas oficiales son el portugués (permite un enlace histórico pero abierto al mundo) y el tetun (permite un enlace tribal pero circunscrito al país, porque solo allí se lo habla).

El ejercicio de la soberanía es otro elemento de fricción. Sabemos que un estado moderno ejerce su soberanía en su propio territorio. Hay acciones mutuas a cumplir entre el pueblo y quién ejerce el poder. Timor tiene diversas etnias con conceptos culturales diferentes. Lo tácitamente aceptado en una región, puede ser radicalmente rechazado en otra. La ley, el parlamento y el pueblo al estilo occidental pueden no encajar allí dónde, por citar un ejemplo, hay un hombre que dice ser El Rey de Laga (una región cercana a Baucau), título otorgado por los portugueses no se sabe cuándo y que se hereda de padre a hijo desde hace siglos.

Las funciones ejecutivas del gobierno se deben ejecutar con eficacia, caso del cobro de impuestos. Es dudoso que en las selvas de las altas montañas de se pueda ejercer tal sistema, dado que allí no conocen la moneda oficial y en el mercado (mercadu, en tetun) se usa el trueque. Pero un tema crítico es el empleo legítimo de la fuerza por parte del estado. La base “legítima” tal como se entiende en Occidente está en formación. Como todo estado moderno, existen una Policía y un Ejército. Estas dos fuerzas -particularmente la Policía-, fueron elementos de conflicto ya desde el 2002[18]. Todos sabemos lo ocurrido con el Ejército en tiempos recientes.

El estado debe justificarse ante sus habitantes, algo que no siempre ocurre en Timor. Todavía quedan por solucionar dramas como el de la salud, higiene y educación. Eran comunes los casos de diarrea infantil y tuberculosis. La época de la estación seca es dramática. Recuerdo en el valle de Cailaco, cerca de Maliana, la tierra reseca. Los paisanos allí afincados comían poco o nada. El sistema educativo estaba en desarrollo. Había una enorme inquietud en los dirigentes jóvenes por sacar el país adelante, pero reclamaban soluciones más rápidas. En ese sentido, el FRETILIN decayó en el nivel de apoyo popular. Comprometida y cercano a UNMISET, ambas aparecían ante el pueblo como incapaces de aportar soluciones.

Como toda población, la de Timor es un compuesto de tradiciones, experiencias, objetivos y tragedias comunes. Los timorenses tienen el concepto de masacre e invasión muy arraigado. Esa idea negativa (según los especialistas, es propia de los estados poscoloniales) tal vez los una más que el concepto de estado. O tal vez los una el temor a lo de afuera que el respeto a lo de adentro.

La iconografía es importante en el crecimiento del estado. Xanana Gusmao ha sido una figura de referencia. No era lo mismo respecto a Mari Alkatiri o con Ramos Horta. Cristiano da Costa, un importante líder regional de Baucau dijo respecto a Alkatiri (el Primer Ministro): “Es un estúpido. Al igual que Ramos Horta (por entonces, ministro de Relaciones Exteriores) son personas muy preparadas, pero ocupan el lugar equivocado.”Ernesto Guevara de la Serna (el “Che” Guevara) nació en Argentina, peleó en Cuba y murió en Bolivia, países apenas conocidos por los timorenses a no ser por referencias futbolísticas (caso de Argentina). No obstante, el “Che” es un icono en Timor.

Los timorenses son muy amables, respetuosos y hospitalarios. La humildad es su signo. Sin embargo –y están en su derecho- no se pretenda que acepten al extranjero sin antes ganarse su simpatía.”Solo conseguirá –me decía Zacarias Teixeira, honrado trabajador, padre de quince hijos- que le le saludemos diciendo “Hello, mister”[19], para hacerle saber que es un malai (en tetun, extranjero).

Notas

[1] El sándalo es un árbol originario de la India. Su madera es muy apreciada. Actualmente quedan unos escasos bosques en Timor.

[2] Hay ciudadanos de edad avanzada que aún recuerdan los tiempos de la invasión y ocupación de Timor por parte de los japoneses

[3] Caso de España, Portugal, Francia e Italia

[4] El tetun es uno de los idiomas oficiales de Timor. El otro es el portugués.

[5] En tetun, al machete le dicen KATANA

[6] Fue en Dili. Durante el sepelio de un estudiante, el ejército abrió fuego contra la multitud. Las versiones dan entre 50 a 200 muertos.

[7] La casa donde los asesinaron está a la entrada de la villa,.frente al lugar dónde se hace el mercado los días jueves

[8] Allí pregunté a los pobladores .No pude saber la cantidad de muertos.

[9] Una carnicería hecha por milicias y grupos paramilitares de Indonesia.

[10] La Sub-comisión de Derechos Humanos de ONU aprobó una moción de condena a Indonesia.

[11] Viví el proceso de retorno en 2002. Provenían de Kupang y Atambua, poblaciones indonesas. En diciembre de 2002 aun permanecían en esa condición treinta mil timorenses.

[12] Se refería a los vehículos pintados de blanco y con las letras UN

[13] En portugués: “ Estamos salvados”

[14] United Transitional Administration in East Timor.

[15] Leyendo la Constitución, se puede apreciar la fuerte influencia de la Iglesia Católica en la creación de Timor como Estado

[16] UNAMET .-United Nations Mission in East Timor

[17] UNMIST.- United Nations Mission of Support in East Timor

[18] Recuerdo que la comisaría de Baucau fue apedreada por una turba de centenares de personas en noviembre de 2002 y hubo un serio enfrentamiento que tuvo repercusiones políticas.

[19] Es el típico saludo al extranjero.