lunes, 4 de agosto de 2008

REVISIONES IDEOLÓGICAS DEL ISLAMISMO RADICAL: IMAM FADL


Muntaser al-Zayyat

Es de gran interés sociopolítico el proceso de revisión de las posturas radicales y violentas que en los últimos años están llevando a cabo influyentes líderes de dos de los grupos más radicales del islamismo egipcio, con gran repercusión en todo el universo árabe e islámico: al-Yamaa al-Islamiyya y al-Yihad.

Los jefes históricos de al-Yamaa al-Islamiyya en la cárcel desde 1981 (Nayeh Ibrahim, Osama Hafez, los hermanos Darbala, Fuad al-Dawalibi y otros) iniciaron en julio de 1997 un significativo cambio de registro proponiendo al régimen egipcio un alto el fuego unilateral. Las razones de este cambio parecían responder a la constatación de la imposibilidad de vencer por las armas, el elevado coste humano que les suponía la represión y la degradación de su imagen y su aislamiento de la sociedad por el recurso al terrorismo. Si bien cuatro meses después tuvo lugar un sangriento atentado terrorista contra turistas en Luxor, en el que murieron más de 60 personas, esta operación marcó un punto de inflexión en la organización y abrió un intenso debate. El liderazgo se apresuró a calificarlo como error, mientras algunos analistas lo interpretaron como una reafirmación de la capacidad militar de al-Yamaa para desmentir el argumento del gobierno de que la tregua declarada venía dada por la debilidad de la organización debido a la actuación de las fuerzas de Seguridad. Poco después, un dirigente en el extranjero, Muhammad al-Muqri, condenaba en un opúsculo, y basándose en el derecho islámico, el asesinato de turistas y civiles. La propuesta y la revisión de los presupuestos del grupo fueron recibidas por el régimen con dudas sobre su seriedad, y por parte de la jefatura en el exilio con muchas críticas. Las dudas se fueron disipando con el paso de los años, a lo que contribuyó sin duda que algunos medios de comunicación se ofrecieran como plataforma para exponer el debate interno y la revisión ideológica del grupo, de forma notoria el semanario egipcio al-Musawwar que publicó una serie de entrevistas con dirigentes de al-Yamaa en las que reconocían el error cometido al enfrentarse con el régimen en los 90 y pedían perdón a la sociedad egipcia "por los crímenes cometidos". A partir del año 2002, el gobierno egipcio permitió la publicación de varios libros de al-Yamaa en los que se exponían las bases teóricas de este cambio de estrategia, y un año después comenzó el proceso de liberación de presos (la jefatura y mil miembros del grupo comenzaron a abandonar las cárceles). En sus nuevos escritos, el grupo reflexiona sobre varios conceptos y posiciones: el yihad deja de ser lícito si conduce a la fitna (sedición), el asesinato por diferencias doctrinales o de no-musulmanes se considera ilícito.

La iniciativa de al-Yamaa fue apoyada por la jefatura de al-Yihad, y de otros grupos como al-Nayun min al-Nar, en las cárceles, y supuso también un debate interno que condujo igualmente a un rechazo del uso de la violencia y una revisión general de postulados y estrategias que ha cristalizado años más tarde, en 2007, con la iniciativa de quien fuera el primer "emir" de al-Yihad, Imam Fadl. El resultado, hasta ahora, ha sido la liberación de unos 130 miembros de al-Yihad (se calcula que hay unos 2000 más en las cárceles) y se especula con la posibilidad de que pongan en libertad a los dirigentes, entre ellos el propio Imam Fadl, detenido en Yemen en 2001 y entregado a las autoridades egipcias en 2004.

Al-Sayyed Imam Ibn Abdelaziz al-Sharif, más conocido como Imam Fadl o Doctor Fadl, (ver itinerario biográfico en Perfiles), fue el primer "emir" de al-Yihad y calificado como "el padre de la Constitución de al-Qaida" por su libro, considerado de cabecera para cualquier "buen muyahid", al-Umda fi-iidad al-udda li-l-yihad fi-sabil Allah (Compendio básico sobre la preparación de lo necesario para el yihad por Dios), publicado en 1988 en pleno proceso de la lucha de los muyahidin contra la ocupación soviética de Afganistán. En este libro eran calificados de infieles todos los regímenes, fuera y dentro de países islámicos, que no se regían por las leyes de Dios y contra los que era obligatorio declarar el yihad, entendido como lucha violenta. Es decir, era toda una preparación para el yihad. Preparación que integraba dos aspectos: el material y el espiritual. El primero es considerado cuantitativo y tiene una dimensión jurídica, relacionada con la formación del grupo, con la política a seguir en su gestión y con las relaciones entre sus individuos; y una dimensión individual consistente en la preparación militar. En cuanto al aspecto espiritual, el "cualitativo", éste comprendía, según su autor, la educación y el desarrollo del grupo sobre fundamentos jurídicos, por un lado, y la preparación espiritual del muyahid, por otro. Es decir, la obra de Fadl se ocupaba del aspecto jurídico de la preparación material y, sobre todo, de la preparación espiritual; iba dirigida a los muyahidin en los campamentos de entrenamiento afganos y exponía cómo debían ser las relaciones entre ellos y en el "campo de batalla". Y ello, según decía, "a petición de algunos hermanos que practicaban el entrenamiento militar y el yihad". Para Fadl el campamento de entrenamiento era "un modelo a escala reducida de la acción islámica colectiva" y las reglas que se debían aplicar en el campamento debían ser las mismas que se aplicasen a cualquier sociedad islámica. Es decir, establecer el campamento de muyahidin como modelo ejemplar de sociedad islámica. Una advertencia sobre la lealtad, la pureza y la valoración; el juicio sobre el entrenamiento militar de los musulmanes; el emirato; las obligaciones del emir y las obligaciones de los miembros conformaban los principales apartados de esta "epístola con finalidad pedagógica", que basaba sus argumentaciones en El Corán, la Sunna del Profeta y en las obras de antiguos ulemas, como al-Bujari.

Como se ha señalado, esta obra fue fundamental en los campos de entrenamiento afganos para la formación ideológica de los muyahidin desde finales de los ochenta, y más tarde de los que constituirían la organización al-Qaida, vinculados a aquella generación.

Años después, Imam Fadl ha realizado un ejercicio de revisión de los postulados expresados en al-Umda. Ya en 1995 publicó otra obra que, aunque se considera también una referencia fundamental para los movimientos yihadíes, al-Yamii fi-talab al-ilm al-sharif (Compendio sobre el estudio del noble conocimiento religioso) publicado en 1993 y en 1995, incluía una autocrítica y una fatua en la que se desentendía del grupo egipcio y en la que calificaba a sus miembros como "una pandilla de corruptos". Al-Yamii, de más de mil páginas, abarcaba cuestiones científicas y prácticas que según el autor han sido objeto de debate y de interés entre los movimientos islamistas desde la desaparición del Califato en 1924.

Finalmente publicó un documento de retractación, Tarshid al-‘amal al-yihadi fi-Misr wa-l-‘alam (Encaminar la acción yihadí en Egipto y en el mundo), escrito en la cárcel en 2007 y publicado a finales de noviembre y principios de diciembre de ese año por el periódico al-Masri al-Yaum y reproducido posteriormente en muchos sitios de Internet, entre ellos el de al-Yamaa al-Islamiyya.

La reciente revisión ideológica ha provocado reacciones diversas en los círculos yihadíes y en la cúpula de la organización dirigida por Osama Ben Laden y Ayman al-Zawahiri, antiguo compañero de armas de Imam Fadl.

La publicación del documento vino precedida por la difusión en los medios de comunicación, en mayo de 2007, de una carta de Fadl fechada el 25 de abril, en la que llamaba "a todos los movimientos yihadíes a orientar sus acciones de acuerdo con las reglas legítimas, especialmente tras la aparición en muchos países de nuevas formas de asesinato y combate en nombre del yihad que contravienen la legalidad", en clara referencia a Iraq y a los atentados ocurridos en diversas partes del mundo, "como matar por la nacionalidad, por el color de la piel, por la doctrina…o asesinar a quien no es lícito matar tanto entre los musulmanes como entre los no musulmanes…", todo ello rechazado, según las nuevas posiciones del autor, por la legislación islámica incluso en caso de yihad. En el documento anunciaba la aparición de su obra de retractación "para evitar el enfrentamiento con el gobierno y el derramamiento de sangre", y proponía la firma de un documento de reconciliación con el gobierno egipcio, similar al que hiciera al-Yamaa al-Islamiyya en 1997.

En ese mismo mensaje, Fadl, conocedor de que el libro generaría gran polémica, argumentaba que no se le debía criticar partiendo de la premisa de que había sido escrito en prisión, es decir que pudiera ser resultado de la coacción, y se esgrimiese contra él el mismo principio que, sin embargo, él mismo había utilizado en los noventa: el principio de "la wilaya li-l-asir" ("el detenido carece de autoridad"). En efecto, una de las principales críticas contra la retractación propuesta por Fadl ha sido que la obra es fruto de la coacción experimentada en la cárcel. Fadl, por su parte, solventa la cuestión afirmando que no pide la obediencia, ya que la obediencia sólo se le debe a Dios, y que grandes referentes del islam como Ibn Taymiyya y Shams al-Aima al-Sarajsi (jurista del Siglo XI, encarcelado por criticar a la autoridad), redactaron sus escritos en las cárceles.

Sea como fuere, este documento puso en alerta a todos los círculos yihadíes, a investigadores, especialistas, fuerzas políticas y al propio régimen egipcio, a la espera de la publicación de Tarshid al-‘amal al-yihadi.

¿En qué consiste la revisión ideológica de un erudito que autoerigiéndose a la misma altura de grandes juristas como Ibn Taymiyya, reniega de la violencia que defendió hace más de diez años, apostando por la predicación y el conocimiento correcto de la religión? Uno de sus argumentos es que los enfrentamientos con los regímenes llevan consigo muchas extralimitaciones legales, como asesinar por motivos de raza, por pertenecer a diferentes escuelas, o asesinar a otros musulmanes y a no musulmanes, lo cual, en palabras de Fadl exige orientar bien la comprensión de la obligación del yihad, declarando ilícito el asesinato "de cruzados, judíos, shiíes y civiles", en clara referencia a las acciones de al-Qaida en Iraq. Se retracta de parte de sus afirmaciones aparecidas en al-Umda. Por ejemplo, en esa obra permitía utilizar el dinero ilícito para el yihad, apoderarse de los bienes de los kuffar (infieles); no pagar impuestos a gobiernos impíos; no consideraba obligatorio obtener el permiso de los progenitores para embarcarse en el yihad. En su obra más reciente considera ilícito atacar a los extranjeros en sus propios países aun si sus gobiernos atacan a países islámicos (en clara referencia a los atentados del 11S, del 11M y similares). Es decir, a lo largo de su última obra va deslegitimando todo aquello que había defendido anteriormente basándose en las mismas fuentes en las que se inspiró para elaborar su "guía" del muyahid: el Corán, la Sunna del Profeta y las grandes autoridades del islam.

La revisión propuesta por Fadl no parece estar dirigida a los activistas en Egipto, ya que hace años que tanto al-Yamaa como al-Yihad renunciaron a las acciones violentas y han revisado muchos de sus presupuestos ideológicos, sino más bien a los movimientos yihadíes internacionales. Y en concreto, a ese nivel formado por individuos que simpatizan con la ideología de al-Qaida, sin estar integrados ni mantener vínculos orgánicos con ella y que se "autorreclutan" a través de los "muftíes de Internet". De hecho, dice Imam Fadl que "no hay que dar por bueno todo lo que se publica en Internet…sin conocer la capacitación legal de quien lo promulga".

El nuevo documento de Fadl ha provocado diferentes reacciones, pero lo más interesante es subrayar que ha suscitado un debate interno y público en el que han participado fuerzas políticas, activistas radicales, el islam oficial (al-Azhar tuvo que dar su visto bueno al documento de retractación, que fue aprobado sin ninguna observación por una comisión ad hoc, antes de que se permitiera su difusión), investigadores, la propia organización al-Qaida y muchas páginas web.

Al-Yamaa al-Islamiyya considera el documento de Fadl "fruto de nuestra iniciativa", en palabras del teórico del grupo, Nayeh Ibrahim. De hecho, algunas de las conclusiones a las que llega Fadl son similares a las que presentó el grupo en los años noventa. Nayeh Ibrahim cree, de manera muy optimista, que aunque Ben Laden nunca renunciará a su lucha contra EEUU, las propuestas de Fadl quizás influyan en la naturaleza de las acciones de al-Qaida.

Los Hermanos Musulmanes han recibido la iniciativa de Fadl con cautela, ante el hecho de que puedan aparecer nuevos grupos islamistas en el terreno del activismo político que compitan con ellos. Issam al-Ariyan, dirigente de la organización, es partidario de esperar a ver a qué conducen esas revisiones de los planteamientos que "son fruto de una dura experiencia, de una larga ausencia de la sociedad…, la organización debe refundar su comprensión (de la sociedad) y conectar de manera diferente". Al-Ariyan no cree que se integren en el proceso político. Sin embargo, el Guía General, Muhammad Mahdi Akef, ha dado la bienvenida al documento, en tanto que revisión intelectual de grupos que pensaban que la violencia y el terror formaban parte del islam: "estas revisiones hay que apoyarlas siempre y cuando sus promotores hayan reconocido sus errores".

El Partido de Centro (Hizb al-Wasat) joven escisión de los Hermanos Musulmanes que todavía no ha obtenido el permiso de las autoridades para constituirse como partido legal, considera la propuesta de Fadl como algo positivo y valiente, si bien necesita perfeccionarse y madurar, como ocurrió con las revisiones que hizo al-Yamaa al-Islamiyya anteriormente.

Refaat al-Said, presidente de al-Tayammu‘ (partido egipcio de izquierdas) también ha dado la bienvenida a la iniciativa del antiguo dirigente de al-Yihad, declarando que es positiva y que supone el regreso de una corriente fundamentalista a la correcta comprensión de los fundamentos de la religión.

Muntaser al-Zayyat, abogado de muchos de los islamistas detenidos en las cárceles egipcias y buen conocedor de las interioridades de estos grupos, cree que el documento de Fadl tendrá una gran influencia entre los movimientos yihadíes más allá de las fronteras egipcias, hasta Afganistán, dada la posición que sigue teniendo Fadl entre muchos yihadíes. Dice al-Zayyat que el documento influirá en las relaciones de estos grupos con los regímenes árabes y en la actitud de los jóvenes que han adoptado las ideas de al-Qaida, para quienes las obras de Fadl constituyen un referente. Cree, aunque esto puede ser aún mucho más dudoso, que provocará una importante escisión en la organización de Osama Ben Laden.

Al-Zayyat pide que cese todo el debate sobre la autenticidad de la propuesta de Fadl, especialmente las dudas manifestadas por dirigentes yihadíes en el extranjero que ven el documento como resultado de la presión de las autoridades egipcias, al tiempo que solicita, algo hoy por hoy imposible, la realización de un amplio diálogo islamista que discuta la propuesta. (www.al-araby.com)

Diya Rashwan, investigador especializado en movimientos islamistas, cree que los niveles dos y tres de al-Qaida, es decir, los grupos que voluntariamente han declarado su ingreso en la organización y los jóvenes que se autorreclutan, revisarán sus convicciones, formadas en parte por los escritos precedentes de Fadl. En cuanto al primer nivel, la jefatura, es difícil, según Rashwan, conjeturar cuál será su reacción.

En cuanto a al-Qaida, ha sido sobre todo al-Zawahiri, que tiene una historia compartida con Fadl, el que ha reaccionado de manera más visiblemente contraria. Después de que Fadl publicara el comunicado de abril de 2007, en el que anunciaba que estaba escribiendo su documento, al-Zawahiri difundió un video en el que criticaba implícitamente la revisión de Fadl. En esa cinta, emitida por Al-Jazeera, al-Zawahiri dice lo siguiente "hay quienes se retractan en las cárceles alegando que Ibn Taymiyya e Ibn Hanbal escribieron sus obras en prisión. No hay nada que objetar a eso, solamente decirles que Ibn Taymiyya e Ibn Hanbal no se retractaron de lo que habían escrito en la cárcel".

Poco después, llegó una respuesta más meditada y completa de al-Zawahiri a las revisiones de Fadl. En su opúsculo al-Tabria. Risala fi-tabria umma al-qalam wa-l-sayf min manqasa tuhma al-jawar wa-l-daaf (Absolución. Epístola sobre la absolución de escritores y combatientes del defecto de la acusación de debilidad y decaimiento), se refiere ya directamente al escrito de Fadl como "al servicio de los intereses de la alianza cruzada y judía con nuestros gobernantes que infringen la sharia; es un intento de despertar entre los muyahidin dudas sobre su método, sacarlos del campo del enfrentamiento con el argumento de la impotencia y la debilidad, de que no se dan las condiciones para el yihad, y con el argumento de la renuncia a la posibilidad de que los movimientos islamistas produzcan algún cambio en Egipto".

Muhammad al-Hakayma, presentado por al-Zawahiri como responsable de al-Qaida en Egipto (al-Qaida fi-Ard al-Kinana) recalca que Fadl nunca perteneció a la organización y que, a pesar de que su obra al-Umda fi…se estudiaba en los campamentos de entrenamiento de la organización, esto no quiere decir que fuera miembro ni tampoco que se le considerara uno de sus teóricos. Un intento de minimizar el posible efecto del documento de Fadl.

Una treintena de cuadros de al-Yihad en las cárceles egipcias, donde Fadl expuso sus ideas sin, al parecer, encontrar un oponente de su categoría intelectual, rechazaron la propuesta, entre ellos Muhammad al-Zawahiri, hermano de Ayman. Asimismo, la Shura de al-Yihad en el exilio, la vieja jefatura del grupo que rodea a al-Zawahiri, publicó un comunicado el 30 de noviembre de 2007 en el que advertía a la "juventud de la Umma" de que no prestara atención a las "revisiones hechas en las cárceles" y recordaba que las acusaciones que lanza Fadl a la jefatura de los muyahidin y los errores que les atribuye son precisamente responsabilidad suya puesto que fue el primer emir del grupo, a quien se le prestaba juramento de obediencia y quien tomaba todas las decisiones. De esta manera, la vieja jefatura, según el islamista egipcio refugiado en Londres, Hani al-Sibaii (Centro al-Maqrizi de Estudios Históricos), reaparece en público para desvincularse de las propuestas de Fadl.

En realidad, el opúsculo de Fadl parece ir dirigido sobre todo a las nuevas generaciones o las generaciones futuras que pudieran enrolarse en al-Qaida o en organizaciones satélite, con el objetivo de evitar nuevos reclutamientos. Pero ahora bien, si para la generación de Fadl, la que luchó en Afganistán y luego peregrinó por Sudán, Yemen, Albania, Bosnia o permaneció en Pakistán, "el Doctor" era una referencia indiscutible, ¿ocurre lo mismo entre las jóvenes generaciones cuyos referentes se multiplican en los nuevos medios de comunicación, especialmente en Internet?

Es difícil concretar el alcance de su nueva posición ideológica, en la que se retracta de sus ideas anteriores, ya que algunos pueden considerar que nacen del hecho de que se encuentre en la cárcel y que han surgido bajo presión de las autoridades. Además, como él mismo refiere en Tarshid… "No invito a nadie a la obediencia ni exijo de nadie un compromiso con lo que yo digo en nombre de la obediencia debida a la jefatura, no existe tal cosa. Yo simplemente aconsejo, transmito conocimiento y exijo a los musulmanes que obedezcan la indicación legítima, no a mí, ya que si bien no hay entre mi persona y aquellos a los que me dirijo en este documento compromiso alguno de autoridad ni jefatura, sí es cierto que entre todos los musulmanes hay un compromiso mayor y es la conformidad con la palabra de Dios y de su Enviado (…) creemos que el enfrentamiento con las autoridades gobernantes en los países islámicos para hacer que se gobierne con la sharia, sea en Egipto o en cualquier otro país similar, no se debe llevar a cabo a la luz de las condiciones anteriores, ni en nombre del yihad ni para cambiar aquellas cosas reprobables por la fuerza. Nada de eso es lícito ni se debe hacer, no es lícito enfrentarse a las fuerzas de esos gobiernos (ejército, policía, fuerzas de seguridad) injustamente por las muchas causas de corrupción que hay en ello. Esto se lo aconsejamos a todos los musulmanes; creemos que la dedicación a la predicación islámica y al acercamiento de los musulmanes a su religión, que reduciría las corruptelas extendidas, es lo más beneficioso para el islam y los musulmanes". Fadl llega a esta conclusión a través de la revisión de la Historia "ya que a lo largo de la historia de Egipto la autoridad no ha cambiado salvo por invasiones extranjeras o por golpes de Estado internos… y dado que los movimientos populares no han tenido éxito en el pasado, tampoco lo tendrán en el presente".