Augusto Soto
El informe de 2009 editado por el Consejo Europeo para las Relaciones Internacionales, titulado A Power Audit of EU-China Relations, indica que Europa encuentra dificultades a la hora de comprometer (engage) políticamente a China. Esta constatación se manifiesta igualmente en barreras al acceso a altos burócratas y al proceso decisorio de Pekín necesario para que distintos proyectos chino-europeos solucionen problemas in situ.
Esta opacidad en cualquier caso contrasta con la actitud de apertura global, a su propio ritmo, seguida por la elite china. En los últimos años una activa diplomacia viajera se ha comprometido en el exterior en la firma de numerosísimos contratos y acuerdos bilaterales y multilaterales. Además, los viajes han servido al aparato exterior para afinar su estrategia. Esta actitud, iniciada en la era de Deng Xiaoping, igualmente ha inspirado a emprendedores, empresarios y a diversos conglomerados a disponer de una estrategia exterior.
De igual modo, en años recientes han surgido nuevos espacios de intercambio e influencia y se han potenciado una serie de think tanks y centros educacionales, locales e internacionales, en el gigante asiático, en los que trabajan connotados analistas y estrategas chinos. Los miembros de estos colectivos asisten a los más diversos diálogos y foros internacionales, interesados más que nunca en analizar las consecuencias de la expansión internacional del país-continente.
Además, en estas últimas tres décadas se han popularizado las reflexiones de personalidades chinas y asiáticas particularmente interesadas en el futuro de China continental y en sus relaciones exteriores. Estas reflexiones igualmente son de significado estratégico porque crean corrientes de opinión en la “aldea global”.
La actitud global de la elite
En la última década se han ampliado los espacios y el número y rango de personas que inciden en la formación de ideas para la adopción de políticas estratégicas adoptadas por el Partido y el Estado chinos. Igualmente, en este período se ha potenciado la influencia de centros decisorios de grandes empresas y célebres think tanks que colaboran con instituciones homólogas a nivel internacional.
Pekín entiende que una estrategia de desarrollo nacional está más unida que nunca a la realidad global y a la política internacional. Y esta percepción se agudiza porque incluye las oportunidades que ofrece la actual crisis financiera mundial. En ésta, muchas economías asociadas a China necesitan de su cooperación (así como a la inversa). Como se sabe, a fines de esta década las prioridades clave para Pekín incluyen identificar y asegurar fuentes y suministro de energía, encontrar mercados abiertos donde vender sus productos y buscar oportunidades de inversión para sus excedentes financieros. En 2009 sus reservas en divisas, las mayores del mundo, son vistas con un creciente interés global.
Paralelamente, las oportunidades que ve China se identifican, discuten y afinan en las más variadas ocasiones. El Foro de Davos (donde España este año estuvo infrarrepresentada) es una de ellas. Estas ocasiones son especialmente importantes para el actual liderato chino del Comité Permanente del Politburó, hecho de historias de vida que, con excepciones, en su etapa formativa apenas tuvo contacto externo.
En lo institucional la vocación exterior la recoge explícitamente una de las enmiendas de la Constitución adoptadas por la Asamblea Popular Nacional en 2004, que concede mayor protagonismo diplomático al presidente (responsabilidad que en este caso recae en Hu Jintao). Igualmente viajan las otras figuras del Comité Permanente del Politburó.
En sus giras por el exterior los líderes ejercen una colegialidad más o menos análoga a la que practican en la política nacional. Desde 2002 son nueve los miembros del actual Comité Permanente del Politburó (antes eran media docena). Las visitas las pueden encabezar, alternadamente, Hu Jintao o el primer ministro Wen Jiabao, pero también otros líderes que han incidido en importantes acuerdos. El ejemplo más reciente de este tipo en el espacio de la UE fue la ejecutiva visita hecha en junio a Madrid por el líder He Guoquiang. He catalizó una serie de contactos técnicos y políticos que desembocaron en el acuerdo firmado a inicios de septiembre de 2009 y por el que la tercera operadora china, Unicom, ingresó con una novedosa fórmula en el capital de Telefónica.
En los siguientes escalones del Partido y del Estado (particularmente en los ministerios) destacan los efectos del proceso de globalización que fueron los 14 años de negociaciones para ingresar a la OMC y concluidas en 2001. Ese proceso coadyuvó a formar a una nueva generación de técnicos y negociadores.
Como es sabido, la especialización de los líderes se centra en los ámbitos de la ingeniería, de la economía, de la administración, del derecho y de la ciencia política, campos de conocimiento de un porcentaje importante de los dos últimos Comités Permanentes del Politburó en la última década. Para entender su grado de internacionalización prácticamente da igual que de los 25 miembros del decimoséptimo Politburó actual los especializados en las ingenierías hayan bajado en su representación en comparación con los dirigentes especializados en derecho y ciencia política, más representados en el decimosexto Politburó. Al fin y al cabo, con cualquier especialidad el intercambio con el exterior que se promueve desde esa misma instancia es inevitable. De notable relevancia es la administración, campo en el que la Escuela Central del Partido tiene convenios para formar personal con un puñado de países occidentales (entre ellos con España, desde 2006).
En sus contactos internacionales destacan las redes que mantiene el personal de las industrias estratégicas, como las del sector energético. En primer lugar se sitúa la acción de la elite ingeniera del Ministerio del Petróleo, que por tradición tiene peso político. Esa importancia se remonta a cuando este colectivo abogó por la apertura al mundo antes que la expresase oficialmente Deng Xiaoping en 1978. Entonces expusieron el simple argumento de que proponerse una economía en expansión moderna requería de una tecnología puntera que sólo tenía EE UU y que urgía obtener.
En general, la influencia del lobby petrolero, que actualmente incluye a las empresas gigantes como Sinopec y CNOOC, se fortaleció nuevamente después de que China se transformase en claro importador de petróleo a inicios de la década pasada. Son estrategas que trabajan con el “síndrome de la escasez” y con la directriz de la no dependencia externa, claves en la conciencia política de los dirigentes. Por tanto, cuentan con especial margen para ser escuchados.
Ciertamente, fuera del Estado y del Partido, aunque no muy distantes de ellos si logran un extraordinario éxito, China cuenta con emprendedores cuya elite está por definición compuesta por grandes estrategas. Aquí se sitúan las máximas personalidades del mundo digital y del software, como Pony Ma, fundador de la compañía Tencent, que desde hace un lustro ha operado como el mayor buscador y proveedor de servicios de entretenimiento y mensajería, revolucionando las posibilidades de Internet en China. Y por esta misma razón aún con un margen de expansión exterior.
Instituciones, estrategas y especialistas
En la vocación global de China cuentan los análisis de este proceso. Y quienes ejercen esta reflexión se han transformado a su vez en una generación internacionalizada. Un espacio de recepción de análisis con resonancia política es la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino. Como es sabido, no se trata de un think tank, pero en los últimos años han dado allí su opinión reconocidos profesionales cosmopolitas, varios de ellos profesores y conferenciantes internacionales. El gremio de los profesores es importante por la clásica relación maestro-alumno y por la sólida red de vínculos que genera.
Una instancia relevante es el Instituto Chino de Estudios Internacionales (CIIS), un think tank gubernamental clave. Entre sus miembros se da una interesante síntesis entre política, diplomacia y academia y la renovada aspiración china por influir en el exterior. Destaca su presidente, Ma Zhengang, quien es justamente miembro del Décimo Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino y co-presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Partido Comunista. Desde hace años, Ma dicta cursos y participa en foros internacionales. Entre sus participaciones más recientes en los últimos tres años sobresalen el Trialogue21 (enfocado a las relaciones entre China, Europa y EEUU) y el Seminario Global de Salzburgo (en el que participará en diciembre de este año). En España, Ma ha participado en foros organizados por la Fundación Botín, en 2006, y por OPEX en Pekín, en 2007.
En otro flanco y con una larga tradición, la Academia China de Ciencias Sociales y la Universidad de Pekín generan estudios y diagnósticos de la situación del país en las más variadas especialidades. Entre los actores que particularmente tiene la Academia destacan las figuras “puente”. Esto es, personalidades polifacéticas en la investigación y en la administración y que viajan a menudo. Una figura es la del ex subdirector para América Latina y hoy para Europa, Jiang Shixue. Jiang ha tejido una relevante red de contactos con América Latina, con España (entre otros centros, con el Real Instituto Elcano) y con los principales think tanks latinoamericanos y norteamericanos dedicados a Iberoamérica.
Igualmente se capta el pulso de la economía, de las estrategias económicas, de los proyectos empresariales (e incluso de los geoestratégicos) en el espacio de formación y debate que es la Escuela de Negocios China-Europa (CEIBS) en Shanghai. La CEIBS, pese a contar con una decisiva iniciativa y capitales europeos, con los años ha entrado en aquel fructífero sincretismo que ha dado como resultado que se la pueda considerar de ambos mundos. Destacan los foros organizados allí y en otras ciudades. El más reciente fue el Octavo Foro China Europa celebrado en Tianjín en abril de este año y con la asistencia de altos cargos chinos y de personalidades europeas.
Personalidades “puente” en la CEIBS han sido Liu Ji, presidente honorario de la institución, autor de la famosa teoría de “las tres representaciones” y cercano al ex líder Jiang Zemin. En Liu destacan sus juicios sobre el Estado de bienestar. Esa preocupación le hace una personalidad que ayuda a entender mejor la imperfecta separación, hecha por algunos observadores, entre la “coalición populista” y la “coalición elitista” en la elite del Partido y de la que tanto se ha hablado en la primera mitad de la administración de Hu Jintao. También en los últimos años ha aportado con su reflexión en la CEIBS el profesor Feng Shaolei, decano de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de Área de la Universidad Normal del Este de China, asesor de la ciudad de Shanghai, y cuyos intereses de estudio, además de Eurasia, incluyen la histórica transición de regímenes políticos en la Europa meridional.
El perfil de las personalidades estratégicas
Luego hay otro nivel. Es el de la reflexión influyente de los intelectuales chinos y asiáticos del ámbito cultural chino. Aprecian que les concierne el presente y el futuro del país-continente. Con su quehacer contribuyen a retroalimentar la vocación global de China.
Uno de ellos es Zhang Wei-Wei, ex intérprete de Deng Xiaoping y de otros líderes, investigador del Centro para Estudios Asiáticos en Ginebra y profesor visitante en las universidades de Fudan, en Shanghai, y en la Universidad Tsinghua, en Pekín, alma mater de Hu Jintao. Zhang ha visitado más de 100 países en distintos proyectos y es especialista en relaciones Beijing-Taipei, lo que lo convierte en un consultor particularmente posicionado.
Con un perfil con similitudes y diferencias también destaca, entre varios otros, Minxin Pei, director del Programa de China del Carnegie Endowment for International Peace, institución con sede central en Washington y con oficinas en Pekín. Ciertamente Pei tiene el privilegio de estar en el centro del análisis de las relaciones chino-norteamericanas y de la interacción entre personajes estratégicos. Pero tanto o más importante aún, Pei destaca por su versión hipercrítica del estado de cosas en China. Aunque es leído en Zhongnanhai, sus más ácidas apreciaciones no trascienden en sus entrevistas oficiales en China, como por ejemplo se puede apreciar en sus declaraciones recogidas por la agencia oficial Xinhua. Pei tiene relación con instituciones dedicadas al estudio de China en Barcelona.
Igualmente, en EEUU destaca la figura del pensador neoconfuciano Tu Weiming, nacido en Kunming. Su perfil se acerca más a la figura de un pensador de la China de ultramar que a la del perfil del emigrado a Oriente u Occidente. Tu es profesor en Harvard y ha sido uno de los ocho intelectuales invitados por el gobierno de Singapur para desarrollar el currículo escolar de ética confuciana. Es importante considerar además el renacimiento oficial en China de la figura de Confucio (recuérdese también el impulso que Pekín ha dado a la apertura de los Centros Confucio en los cinco continentes en esta década). Tu también fue nombrado en 2001 por Naciones Unidas como miembro del Grupo de Personas Eminentes para facilitar el Diálogo de Civilizaciones, foro del cual España ha sido co-impulsor. Por tanto, se le puede entender como un pensador de carácter estratégico de acuerdo a los parámetros de la agenda internacional del período post 11-S.
En ultramar también destacan los dirigentes ilustrados del mundo cultural de origen chino. El más relevante ha sido el ex primer ministro de Singapur, Lee Kuan Yew, célebre por vincular con China a políticos, empresarios e intelectuales singapurenses y asiáticos. También lo es por divulgar el prestigio de China utilizando el argumento explicativo de los “valores asiáticos” en la primera mitad de la década de los años 90. En verdad, Lee puede ser considerado como precursor cercano del concepto de “ascenso pacífico”, acuñado por Zheng Bijian en Pekín (luego denominado “desarrollo pacífico”).
Relacionado con Lee se sitúan otros intelectuales de ultramar. Aquí encaja el también servidor público singapurense, Kishore Mahbubani, ex ministro de Exteriores y decano y catedrático de Práctica Política en la Escuela Lee Kuan Yew de Política de la Universidad Nacional de Singapur. Es autor del controvertido libro, El nuevo hemisferio asiático: el irresistible traspaso del poder mundial a Oriente. En Mahbubani interesa su cercanía al campo cultural chino (aunque descienda de indios), y por los lazos políticos con China, que él ha contribuido a reforzar en los últimos años tras tres décadas como diplomático. Por supuesto, interesa su reflexión sobre China. Mahbubani participa en una serie de foros internacionales que en Occidente incluyen, entre otros, al Foro de Davos y la Conferencia de Seguridad Anual de Munich. Mahbubani se refiere a menudo a un Occidente “que sólo se escucha a sí mismo”.
Otro plano es el de las personalidades externas a China continental, pero cuya reflexión e influencia se refiere en gran medida a ella. Son los investigadores y estrategas taiwaneses que perciben que el poder de la economía china “arrastra” en el medio plazo a todos los demás aspectos de su vida nacional. Por tanto, inevitablemente, al reflexionar sobre la isla están previendo escenarios futuros, y por ello, al fin y al cabo, cabe prever que intentan pensar como pensarían sus contrapartes de China continental. Interesante es que en parte de ese proceso reflexivo también intervienen sus contrapartes del continente. Un nexo de relación se da entre el Consejo Chino de Estudios de Política Avanzada, presidido por Andrew N.D. Yang, en Taipei, la Academia China de Ciencias Sociales y otros principales centros y think tanks del continente.
Conclusiones
Como recuerda Mahbubani, una estrategia para China debiera ser patrimonio de todos los países con una estrategia global. En el caso particular de España, desde 2005 el vínculo con China se califica por ambas partes como “asociación estratégica integral”.
Pero excepto en los destinos individuales de un número impreciso, creciente, pero aún limitado de personas (tanto a nivel oficial como de la sociedad civil), en el caso español queda todavía mucho margen antes de que se pueda hablar de una generación de estrechos y estables contactos con una parte de la amplia elite que juega un gran papel en cada nuevo ciclo político, social o cultural. Generalmente, por parte española, muchos vínculos que han sido estrechos los desdibuja el tiempo por cambios de destino, misión, mercado o especialidad.
Tan importante como esos vínculos importa interactuar cada vez que es posible con los líderes chinos en las más altas instancias internacionales (como en Davos, en el G-20), y de manera sostenida con los analistas y pensadores chinos en el exterior y con sus congéneres de ultramar. Muchas veces, las apreciaciones sobre estrategias que está adoptando Pekín pueden aclararse aún más en estos diálogos. Además, conviene recordar que los espacios informales cuentan tanto como los formales.
A medio camino entre la formalidad y la informalidad, por otra parte, parece razonable aprovechar los aspectos más dinámicos que ofrece la Expo de Shanghai 2010. Por un lado, con la Expo se arriesga la miniaturización de la imagen al coincidirse en la “cacofonía” que supone que cada país promueva lo propio junto a otros a la vez. Así, tan efectivo como proyectar imagen, productos y credibilidad es utilizar la ocasión para actualizar redes de contacto y generar otras.
Siempre pensando en el largo plazo, procede interiorizarse de los proyectos actuales y de futuro que tengan en mente los emprendedores chinos, actualizar el conocimiento de las figuras emergentes en áreas estratégicas. Y éstas también incluyen los campos de la cultura y de las comunicaciones debido al más reciente énfasis que Pekín ha decidido dar a su soft power.
La República Popular China llega a su 60 aniversario viviendo su momento más complejo desde su fundación. Esto significa recordar que el país es más pragmático, más ecléctico y más global que nunca.
El informe de 2009 editado por el Consejo Europeo para las Relaciones Internacionales, titulado A Power Audit of EU-China Relations, indica que Europa encuentra dificultades a la hora de comprometer (engage) políticamente a China. Esta constatación se manifiesta igualmente en barreras al acceso a altos burócratas y al proceso decisorio de Pekín necesario para que distintos proyectos chino-europeos solucionen problemas in situ.
Esta opacidad en cualquier caso contrasta con la actitud de apertura global, a su propio ritmo, seguida por la elite china. En los últimos años una activa diplomacia viajera se ha comprometido en el exterior en la firma de numerosísimos contratos y acuerdos bilaterales y multilaterales. Además, los viajes han servido al aparato exterior para afinar su estrategia. Esta actitud, iniciada en la era de Deng Xiaoping, igualmente ha inspirado a emprendedores, empresarios y a diversos conglomerados a disponer de una estrategia exterior.
De igual modo, en años recientes han surgido nuevos espacios de intercambio e influencia y se han potenciado una serie de think tanks y centros educacionales, locales e internacionales, en el gigante asiático, en los que trabajan connotados analistas y estrategas chinos. Los miembros de estos colectivos asisten a los más diversos diálogos y foros internacionales, interesados más que nunca en analizar las consecuencias de la expansión internacional del país-continente.
Además, en estas últimas tres décadas se han popularizado las reflexiones de personalidades chinas y asiáticas particularmente interesadas en el futuro de China continental y en sus relaciones exteriores. Estas reflexiones igualmente son de significado estratégico porque crean corrientes de opinión en la “aldea global”.
La actitud global de la elite
En la última década se han ampliado los espacios y el número y rango de personas que inciden en la formación de ideas para la adopción de políticas estratégicas adoptadas por el Partido y el Estado chinos. Igualmente, en este período se ha potenciado la influencia de centros decisorios de grandes empresas y célebres think tanks que colaboran con instituciones homólogas a nivel internacional.
Pekín entiende que una estrategia de desarrollo nacional está más unida que nunca a la realidad global y a la política internacional. Y esta percepción se agudiza porque incluye las oportunidades que ofrece la actual crisis financiera mundial. En ésta, muchas economías asociadas a China necesitan de su cooperación (así como a la inversa). Como se sabe, a fines de esta década las prioridades clave para Pekín incluyen identificar y asegurar fuentes y suministro de energía, encontrar mercados abiertos donde vender sus productos y buscar oportunidades de inversión para sus excedentes financieros. En 2009 sus reservas en divisas, las mayores del mundo, son vistas con un creciente interés global.
Paralelamente, las oportunidades que ve China se identifican, discuten y afinan en las más variadas ocasiones. El Foro de Davos (donde España este año estuvo infrarrepresentada) es una de ellas. Estas ocasiones son especialmente importantes para el actual liderato chino del Comité Permanente del Politburó, hecho de historias de vida que, con excepciones, en su etapa formativa apenas tuvo contacto externo.
En lo institucional la vocación exterior la recoge explícitamente una de las enmiendas de la Constitución adoptadas por la Asamblea Popular Nacional en 2004, que concede mayor protagonismo diplomático al presidente (responsabilidad que en este caso recae en Hu Jintao). Igualmente viajan las otras figuras del Comité Permanente del Politburó.
En sus giras por el exterior los líderes ejercen una colegialidad más o menos análoga a la que practican en la política nacional. Desde 2002 son nueve los miembros del actual Comité Permanente del Politburó (antes eran media docena). Las visitas las pueden encabezar, alternadamente, Hu Jintao o el primer ministro Wen Jiabao, pero también otros líderes que han incidido en importantes acuerdos. El ejemplo más reciente de este tipo en el espacio de la UE fue la ejecutiva visita hecha en junio a Madrid por el líder He Guoquiang. He catalizó una serie de contactos técnicos y políticos que desembocaron en el acuerdo firmado a inicios de septiembre de 2009 y por el que la tercera operadora china, Unicom, ingresó con una novedosa fórmula en el capital de Telefónica.
En los siguientes escalones del Partido y del Estado (particularmente en los ministerios) destacan los efectos del proceso de globalización que fueron los 14 años de negociaciones para ingresar a la OMC y concluidas en 2001. Ese proceso coadyuvó a formar a una nueva generación de técnicos y negociadores.
Como es sabido, la especialización de los líderes se centra en los ámbitos de la ingeniería, de la economía, de la administración, del derecho y de la ciencia política, campos de conocimiento de un porcentaje importante de los dos últimos Comités Permanentes del Politburó en la última década. Para entender su grado de internacionalización prácticamente da igual que de los 25 miembros del decimoséptimo Politburó actual los especializados en las ingenierías hayan bajado en su representación en comparación con los dirigentes especializados en derecho y ciencia política, más representados en el decimosexto Politburó. Al fin y al cabo, con cualquier especialidad el intercambio con el exterior que se promueve desde esa misma instancia es inevitable. De notable relevancia es la administración, campo en el que la Escuela Central del Partido tiene convenios para formar personal con un puñado de países occidentales (entre ellos con España, desde 2006).
En sus contactos internacionales destacan las redes que mantiene el personal de las industrias estratégicas, como las del sector energético. En primer lugar se sitúa la acción de la elite ingeniera del Ministerio del Petróleo, que por tradición tiene peso político. Esa importancia se remonta a cuando este colectivo abogó por la apertura al mundo antes que la expresase oficialmente Deng Xiaoping en 1978. Entonces expusieron el simple argumento de que proponerse una economía en expansión moderna requería de una tecnología puntera que sólo tenía EE UU y que urgía obtener.
En general, la influencia del lobby petrolero, que actualmente incluye a las empresas gigantes como Sinopec y CNOOC, se fortaleció nuevamente después de que China se transformase en claro importador de petróleo a inicios de la década pasada. Son estrategas que trabajan con el “síndrome de la escasez” y con la directriz de la no dependencia externa, claves en la conciencia política de los dirigentes. Por tanto, cuentan con especial margen para ser escuchados.
Ciertamente, fuera del Estado y del Partido, aunque no muy distantes de ellos si logran un extraordinario éxito, China cuenta con emprendedores cuya elite está por definición compuesta por grandes estrategas. Aquí se sitúan las máximas personalidades del mundo digital y del software, como Pony Ma, fundador de la compañía Tencent, que desde hace un lustro ha operado como el mayor buscador y proveedor de servicios de entretenimiento y mensajería, revolucionando las posibilidades de Internet en China. Y por esta misma razón aún con un margen de expansión exterior.
Instituciones, estrategas y especialistas
En la vocación global de China cuentan los análisis de este proceso. Y quienes ejercen esta reflexión se han transformado a su vez en una generación internacionalizada. Un espacio de recepción de análisis con resonancia política es la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino. Como es sabido, no se trata de un think tank, pero en los últimos años han dado allí su opinión reconocidos profesionales cosmopolitas, varios de ellos profesores y conferenciantes internacionales. El gremio de los profesores es importante por la clásica relación maestro-alumno y por la sólida red de vínculos que genera.
Una instancia relevante es el Instituto Chino de Estudios Internacionales (CIIS), un think tank gubernamental clave. Entre sus miembros se da una interesante síntesis entre política, diplomacia y academia y la renovada aspiración china por influir en el exterior. Destaca su presidente, Ma Zhengang, quien es justamente miembro del Décimo Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino y co-presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Partido Comunista. Desde hace años, Ma dicta cursos y participa en foros internacionales. Entre sus participaciones más recientes en los últimos tres años sobresalen el Trialogue21 (enfocado a las relaciones entre China, Europa y EEUU) y el Seminario Global de Salzburgo (en el que participará en diciembre de este año). En España, Ma ha participado en foros organizados por la Fundación Botín, en 2006, y por OPEX en Pekín, en 2007.
En otro flanco y con una larga tradición, la Academia China de Ciencias Sociales y la Universidad de Pekín generan estudios y diagnósticos de la situación del país en las más variadas especialidades. Entre los actores que particularmente tiene la Academia destacan las figuras “puente”. Esto es, personalidades polifacéticas en la investigación y en la administración y que viajan a menudo. Una figura es la del ex subdirector para América Latina y hoy para Europa, Jiang Shixue. Jiang ha tejido una relevante red de contactos con América Latina, con España (entre otros centros, con el Real Instituto Elcano) y con los principales think tanks latinoamericanos y norteamericanos dedicados a Iberoamérica.
Igualmente se capta el pulso de la economía, de las estrategias económicas, de los proyectos empresariales (e incluso de los geoestratégicos) en el espacio de formación y debate que es la Escuela de Negocios China-Europa (CEIBS) en Shanghai. La CEIBS, pese a contar con una decisiva iniciativa y capitales europeos, con los años ha entrado en aquel fructífero sincretismo que ha dado como resultado que se la pueda considerar de ambos mundos. Destacan los foros organizados allí y en otras ciudades. El más reciente fue el Octavo Foro China Europa celebrado en Tianjín en abril de este año y con la asistencia de altos cargos chinos y de personalidades europeas.
Personalidades “puente” en la CEIBS han sido Liu Ji, presidente honorario de la institución, autor de la famosa teoría de “las tres representaciones” y cercano al ex líder Jiang Zemin. En Liu destacan sus juicios sobre el Estado de bienestar. Esa preocupación le hace una personalidad que ayuda a entender mejor la imperfecta separación, hecha por algunos observadores, entre la “coalición populista” y la “coalición elitista” en la elite del Partido y de la que tanto se ha hablado en la primera mitad de la administración de Hu Jintao. También en los últimos años ha aportado con su reflexión en la CEIBS el profesor Feng Shaolei, decano de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de Área de la Universidad Normal del Este de China, asesor de la ciudad de Shanghai, y cuyos intereses de estudio, además de Eurasia, incluyen la histórica transición de regímenes políticos en la Europa meridional.
El perfil de las personalidades estratégicas
Luego hay otro nivel. Es el de la reflexión influyente de los intelectuales chinos y asiáticos del ámbito cultural chino. Aprecian que les concierne el presente y el futuro del país-continente. Con su quehacer contribuyen a retroalimentar la vocación global de China.
Uno de ellos es Zhang Wei-Wei, ex intérprete de Deng Xiaoping y de otros líderes, investigador del Centro para Estudios Asiáticos en Ginebra y profesor visitante en las universidades de Fudan, en Shanghai, y en la Universidad Tsinghua, en Pekín, alma mater de Hu Jintao. Zhang ha visitado más de 100 países en distintos proyectos y es especialista en relaciones Beijing-Taipei, lo que lo convierte en un consultor particularmente posicionado.
Con un perfil con similitudes y diferencias también destaca, entre varios otros, Minxin Pei, director del Programa de China del Carnegie Endowment for International Peace, institución con sede central en Washington y con oficinas en Pekín. Ciertamente Pei tiene el privilegio de estar en el centro del análisis de las relaciones chino-norteamericanas y de la interacción entre personajes estratégicos. Pero tanto o más importante aún, Pei destaca por su versión hipercrítica del estado de cosas en China. Aunque es leído en Zhongnanhai, sus más ácidas apreciaciones no trascienden en sus entrevistas oficiales en China, como por ejemplo se puede apreciar en sus declaraciones recogidas por la agencia oficial Xinhua. Pei tiene relación con instituciones dedicadas al estudio de China en Barcelona.
Igualmente, en EEUU destaca la figura del pensador neoconfuciano Tu Weiming, nacido en Kunming. Su perfil se acerca más a la figura de un pensador de la China de ultramar que a la del perfil del emigrado a Oriente u Occidente. Tu es profesor en Harvard y ha sido uno de los ocho intelectuales invitados por el gobierno de Singapur para desarrollar el currículo escolar de ética confuciana. Es importante considerar además el renacimiento oficial en China de la figura de Confucio (recuérdese también el impulso que Pekín ha dado a la apertura de los Centros Confucio en los cinco continentes en esta década). Tu también fue nombrado en 2001 por Naciones Unidas como miembro del Grupo de Personas Eminentes para facilitar el Diálogo de Civilizaciones, foro del cual España ha sido co-impulsor. Por tanto, se le puede entender como un pensador de carácter estratégico de acuerdo a los parámetros de la agenda internacional del período post 11-S.
En ultramar también destacan los dirigentes ilustrados del mundo cultural de origen chino. El más relevante ha sido el ex primer ministro de Singapur, Lee Kuan Yew, célebre por vincular con China a políticos, empresarios e intelectuales singapurenses y asiáticos. También lo es por divulgar el prestigio de China utilizando el argumento explicativo de los “valores asiáticos” en la primera mitad de la década de los años 90. En verdad, Lee puede ser considerado como precursor cercano del concepto de “ascenso pacífico”, acuñado por Zheng Bijian en Pekín (luego denominado “desarrollo pacífico”).
Relacionado con Lee se sitúan otros intelectuales de ultramar. Aquí encaja el también servidor público singapurense, Kishore Mahbubani, ex ministro de Exteriores y decano y catedrático de Práctica Política en la Escuela Lee Kuan Yew de Política de la Universidad Nacional de Singapur. Es autor del controvertido libro, El nuevo hemisferio asiático: el irresistible traspaso del poder mundial a Oriente. En Mahbubani interesa su cercanía al campo cultural chino (aunque descienda de indios), y por los lazos políticos con China, que él ha contribuido a reforzar en los últimos años tras tres décadas como diplomático. Por supuesto, interesa su reflexión sobre China. Mahbubani participa en una serie de foros internacionales que en Occidente incluyen, entre otros, al Foro de Davos y la Conferencia de Seguridad Anual de Munich. Mahbubani se refiere a menudo a un Occidente “que sólo se escucha a sí mismo”.
Otro plano es el de las personalidades externas a China continental, pero cuya reflexión e influencia se refiere en gran medida a ella. Son los investigadores y estrategas taiwaneses que perciben que el poder de la economía china “arrastra” en el medio plazo a todos los demás aspectos de su vida nacional. Por tanto, inevitablemente, al reflexionar sobre la isla están previendo escenarios futuros, y por ello, al fin y al cabo, cabe prever que intentan pensar como pensarían sus contrapartes de China continental. Interesante es que en parte de ese proceso reflexivo también intervienen sus contrapartes del continente. Un nexo de relación se da entre el Consejo Chino de Estudios de Política Avanzada, presidido por Andrew N.D. Yang, en Taipei, la Academia China de Ciencias Sociales y otros principales centros y think tanks del continente.
Conclusiones
Como recuerda Mahbubani, una estrategia para China debiera ser patrimonio de todos los países con una estrategia global. En el caso particular de España, desde 2005 el vínculo con China se califica por ambas partes como “asociación estratégica integral”.
Pero excepto en los destinos individuales de un número impreciso, creciente, pero aún limitado de personas (tanto a nivel oficial como de la sociedad civil), en el caso español queda todavía mucho margen antes de que se pueda hablar de una generación de estrechos y estables contactos con una parte de la amplia elite que juega un gran papel en cada nuevo ciclo político, social o cultural. Generalmente, por parte española, muchos vínculos que han sido estrechos los desdibuja el tiempo por cambios de destino, misión, mercado o especialidad.
Tan importante como esos vínculos importa interactuar cada vez que es posible con los líderes chinos en las más altas instancias internacionales (como en Davos, en el G-20), y de manera sostenida con los analistas y pensadores chinos en el exterior y con sus congéneres de ultramar. Muchas veces, las apreciaciones sobre estrategias que está adoptando Pekín pueden aclararse aún más en estos diálogos. Además, conviene recordar que los espacios informales cuentan tanto como los formales.
A medio camino entre la formalidad y la informalidad, por otra parte, parece razonable aprovechar los aspectos más dinámicos que ofrece la Expo de Shanghai 2010. Por un lado, con la Expo se arriesga la miniaturización de la imagen al coincidirse en la “cacofonía” que supone que cada país promueva lo propio junto a otros a la vez. Así, tan efectivo como proyectar imagen, productos y credibilidad es utilizar la ocasión para actualizar redes de contacto y generar otras.
Siempre pensando en el largo plazo, procede interiorizarse de los proyectos actuales y de futuro que tengan en mente los emprendedores chinos, actualizar el conocimiento de las figuras emergentes en áreas estratégicas. Y éstas también incluyen los campos de la cultura y de las comunicaciones debido al más reciente énfasis que Pekín ha decidido dar a su soft power.
La República Popular China llega a su 60 aniversario viviendo su momento más complejo desde su fundación. Esto significa recordar que el país es más pragmático, más ecléctico y más global que nunca.